Este año no me he comprado ni un videojuego ni medio, y sin embargo me he pasado este 2012 que ya termina disfrutando de lo lindo con algunos de los mejores juegos a que jamás he jugado. Ni qué decir tiene, esta aparente contradicción es debida a la cantidad de videojuegos que recibí el pasado diciembre para Navidades y mi cumpleaños, situación que espero se repita en unas pocas semanas.
Gracias a lo selectivo que soy, todos los juegos que me han tenido entretenido este año me han parecido excelentes, y no dudaría ni un momento en recomendárselos a todo el mundo. En el orden en que jugué, aquí tenéis los cinco videojuegos que han mantenido bien alimentada a mi Xbox 360 en 2012:
Gears of War 3
Dado lo mucho que me encanta la serie de Epic (he perdido la cuenta de cuántas veces me he pasado los dos primeros), es normal que escogiera el último capítulo de la trilogía como primer juego para pasarme de los varios que me regalaron. Por si nunca habéis jugado,
Gears of War narra la desesperada batalla para entre los humanos y los
locust, ambas razas al borde de la extinción. La historia está protagonizada por la Delta Squad, y sus cuatro miembros (Marcus Fenix, Dominic Santiago, Damon Baird, y Augustus Cole) se me antojan casi personas reales, de tanto tiempo que he pasado con ellos a lo largo de los tres juegos. Si os gustan los juegos de acción y de disparar a todo lo que se mueva, esta serie es lo que estáis buscando, porque tiene una mecánica fácil de aprender y que proporciona horas y horas de diversión. Además, la historia, pese a que la hemos visto en un trillón de películas, está contada tan bien, es tan
compelling, y es tan épica, que no puedo evitar volver a este juego para probar un nuevo modo de dificultad entre juegos más largos, como tres de los que vienen a continuación. Una delicia de juego, de verdad.
Transformers: War for Cybertron
Este juego es básicamente
Gears of War, pero con robots en vez de humanos, y con tres miembros en tu escuadra en vez de cuatro. Este juego me interesaba porque los Transformers me han gustado desde que era pequeño, y porque este juego es completamente independiente de las nefastas películas perpetradas por Michael Bay. Por el contrario,
War for Cybertron se basa en los cómics clásicos y cuenta con un diseño de personajes muy parecido al de los juguetes, comics, y serie de animación, con lo que los robots no parecen un amasijo de piezas sin sentido, sino que resultan inmediatamente familiares y reconocibles. Como
Gears of War, el jugador se va abriendo paso a tiro limpio a lo largo de infinidad de niveles que, aunque no son precisamente variados, resultan de lo más entretenido. Además, el juego está dividido en dos campañas opuestas, con lo que puedes controlar a los Decepticons durante la primera mitad, y a los Autobots durante la segunda. No sólo eso, sino que los personajes van cambiando de nivel a nivel, con lo que el jugador llega a controlar un montón de personajes diferentes. Y lo mejor de todo es que, en vez de tener niveles preestablecidos en los que tu Transformer utiliza su forma de vehículo y otros en los que usa su forma de robot, tu personaje su puede transformar en cualquier momento en cualquier parte del nivel para pasártelo como buenamente te apetezca. Un juego de lo más divertido.
Red Dead Redemption
Ya he dicho antes que todos los juegos a que he jugado este año me han encantado, pero si este juego de Rockstar no es una obra maestra que supera a prácticamente todo lo que he jugado, poco le debe faltar, porque a mí me pareció soberbio. Con un guión fantástico, unos personajes enormes, y unas voces de lo más convincentes,
Red Dead Redemption cuenta la historia de John Marston mezclando venganza, redención, engaño, traiciones, y reveses de fortuna en una trama
compelling a más no poder con un final inesperado y
touching que no destripo aquí. En lo que a la mecánica del juego se refiere,
Red Dead Redemption es uno de esos "mundos abiertos" en los que tienes decenas de objetivos secundarios, misiones opcionales, y gran libertad de movimiento, ambientado todo ello en un lejano oeste retratado con gráficos sublimes y animación prodigiosa. Después de echarle decenas y decenas y más decenas de horas, todavía tengo ganas de volver al mundo de Marston y atrapar más forajidos, entrenar más caballos, cazar más animales, ganar más partidas de póquer, echar más pulsos, e intentar ganar de una vez por todas al dichoso minijuego de la herradura, que anda que no se las trae. Ojalá hicieran una película basada en este juego, aunque, por otro lado, seguro que lo estropeaban, así que mejor que se queden quietos. Pero vamos: una auténtica maravilla.
Assassin's Creed: Brotherhood
Lo mismo que adoro la serie de
Gears of War, no puedo dejar pasar un juego de
Assassin's Creed, otra formidable serie de videojuegos que retrata un mundo real como la vida misma con una prolijidad de detalle verdaderamente asombrosa.
Brotherhood es el tercer juego de la serie, y es la primera de dos secuelas directas de
Assassin's Creed II. Tanto jugadores como críticos parecen coincidir en que
Brotherhood es el mejor juego de la serie, superando tanto a su secuela
Revelations como a
Assassin's Creed III, que salió hace varias semanas. Como a estos dos últimos no he jugado, no puedo decir si es verdad o no, pero lo cierto es que, de los tres primeros,
Brotherhood es sin duda mi favorito.
En esta aventura, y a diferencia de juegos anteriores que transcurrían en múltiples ciudades, Ezio no sale de Roma (bueno, excepto por una misión en El Vaticano), pero hay que ver lo enorme que es la ciudad, lo detallista del diseño, y la vida con la que Ubisoft ha insuflado todos y cada uno de los rincones de la capital italiana. Todos estos elementos juegan una parte importante en las docenas de misiones y objetivos secundarios que el juego ofrece, y después de haber invertido al menos treinta horas en el juego si no más, sigo queriendo volver a la Roma renacentista y pasar más tiempo con Leonardo Da Vinci, Ezio, y el resto de personajes de este sublime juego.
The Saboteur
Realmente, este juego me lo compré en agosto o septiembre del año pasado, y me tuvo entretenido desde entonces hasta el 25 de diciembre. Para entonces, ya lo había exprimido a base de bien, pero su estructura de mundo abierto y centenares de objetivos secundarios que todavía me faltaba completar me hicieron volver a él tras terminar
Brotherhood. En
The Saboteur, el jugador controla a Sean Devlin, un irlandés afincado en París que se dedica a hacerle la vida imposible a los nazis que ocupan la capital francesa. Sean es de lo más carismático, y entre eso, la enorme cantidad de objetivos nazi para destruir, la brillante dirección artística, y la profusión de detalles del mundo abierto que es París y sus alrededores, acabé echándole más de treinta o cuarenta horas a
The Saboteur... y aún me faltan un par de subobjetivos
que terminar en este entretenidísimo y absorbente juego.
En definitiva: que me he pasado un año fantástico con el mando en la mano viviendo en todos estos mundos imaginarios pero al mismo tiempo realísimos y detalladísimos. Tanto, que ojalá tuviera varios centenares de horas para poder enseñaros todos y cada uno de los recovecos de los mundos que se nos presentan en todos estos juegos, tan envolventes y absorbentes como las mejores novelas o películas. Se me ocurrió intentar hacer un Top 5 con estos juegos, pero lo cierto es que no es necesario, porque he disfrutado los cinco títulos más de lo que puedo explicar. Si me apetece pegar tiros y que fluya la adrenalina, me pongo
Gears of War. Si quiero ir escondiéndome y saltando de tejado en tejado, juego a
Assassin's Creed. Si prefiero cabalgar hacia el sol poniente y limpiar un par de fuertes de despreciables bandas de forajidos, saco
Red Dead Redemption de la caja, y me preparo para disfrutar como un enano. Sólo espero que los varios juegos que me he pedido para estas Navidades me resulten tan absorbentes y entretenidos como éstos. Que ya es pedir.