Ayer terminé de leer el segundo libro de la famosa trilogía Millennium de Stieg Larsson, The Girl who Played with Fire, del que Nash nos habló hace ya tres años. Dado lo mucho que me gustó el primero, le tenía bastantes ganas a esta segunda entrega, y me alegra decir que no me ha decepcionado en absoluto.
El principio del libro, sin embargo, me dejó perplejo y preocupado. El primer libro de la serie empieza más bien lento, y aunque este segundo comienza in medias res con la acción desarrollándose inmediatamente, dicha res se soluciona con relativa rapidez, y entonces el lector se queda un poco sin saber muy bien qué va a pasar a continuación. Comienzan entonces a presentarse diversas subtramas en las siguientes cien páginas, y cuando uno empieza a perder la paciencia y a preguntarse qué historia están tratando de contarle, por qué el autor no se centra en lo que debería, y por qué los sucesos del principio no parecen tener ninguna relación con lo que pasa a continuación, algo ocurre y, a partir de entonces, las restantes quinientas páginas se leen en un suspiro, con sucesos desarrollándose uno tras otro a velocidad endiablada, y con las cosas poniéndose pero que muy feas para la pirómana titular. Y como prueba diré que las últimas trescientas páginas me las leí prácticamente de un tirón y sin aliento apenas, tan metido estaba en la historia y en lo que les estaba pasando a los sufridos protagonistas.
En resumen: que me ha encantado el libro, que sin duda leeré la novela final de la saga, y que vosotros deberíais hacer lo mismo.
2 comments:
Me alegro que estés sacando tiempo para leer, es una saga que esta muy bien
Pues sí, aunque no sé cuándo leeré el tercero, pues no lo tengo todavía...
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