Aquí tenéis un retrato que hice de un gato para su dueña el mes pasado. Primero hice el dibujo a lápiz en papel marrón, y una vez lo tuve resuelto, dibujé la mayoría de líneas con un bolígrafo negro. Luego, saqué mi botellita de tinta blanca y me puse a dar pincelazos, y una vez estuve satisfecho, cogí mis rotuladores Prisma y Copic, que hacía siglos que no utilizaba, y los usé para los grises del pelo, los colores encarnados de las orejas, y el amarillo y verde azulado para los ojos. A continuación, repasé algunas líneas con el bolígrafo negro, y di por terminado el dibujo. ¡Espero que os guste!
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