Tuesday, September 26, 2017
Esos ojos rojos
En mi carrera de fondo por tratar de recuperar la constancia lectora he empezado por leer novelas de ficción, todas ligeras y muy fácilmente digeribles. Como Ready Player One, de la que ya os hablé aquí, o las obras completas de Sherlock Holmes, de las cuales ya me terminé la primera y segunda novelas (pronto os hablaré de esta última).
Básicamente no sigo más que una directriz: me leo lo que me apetece leerme en cada momento. Nada de sentirme obligado a consumir nada para lo que no esté de humor. Sinceramente, no sé por qué no lo he hecho así toda la vida.
Últimamente, como buen fan que soy, me ha apetecido volver al universo ficticio de Star Wars (uno que en realidad nunca he dejado) y me he lanzado a disfrutar del nuevo canon, del cual las nuevas películas producidas por Lucasfilm no son sino la punta de lanza. He estado leyendo algunos de los cómics, escuchando las bandas sonoras, disfrutando series de animación como Rebels y Forces of Destiny, e incluso viendo shows por internet como The Star Wars Show y Rebels Recon. Y, por supuesto, leyendo algunas de las nuevas novelas, como A New Dawn, Heir to the Jedi, Tarkin, Lords of the Sith, Dark Disciple, Ahsoka y Catalyst, todas interesantes y más o menos satisfactorias.
Cuando hace ya más de un año se reveló durante Celebration Europe 2016 que el archiconocido Gran Almirante Thrawn sería incorporado al nuevo canon por medio de su aparición en la tercera temporada de Rebels, y que, además, el autor que nos lo presentó allá por 1991, Timothy Zahn, estaba escribiendo una nueva novela centrada en su figura, me emocioné tanto como cualquier otro. Además de ser un personaje interesantísimo y muy bien construido, para mi y para muchos de los fans de mi generación Thrawn es sinónimo de Star Wars. No por nada su figura fue una de las principales sobre las que el Universo Expandido germinó, creció y se convirtió en algo muy apreciado por muchos. Si el propio Timothy Zahn iba a escribir una novela para reintroducir al azulado chiss en la galaxia, sin duda yo iba a estar ahí para leerlo.
Y así ha sido. Hace poco que terminé de leerme las más de cuatrocientas páginas de las que consta la novela, bien titulada Thrawn. Y Zahn no ha decepcionado. El libro, que narra el ascenso de Thrawn dentro de las filas del imperio desde que es descubierto (en un par de capítulos que readaptan una historia que ya escribió Zahn a mediados de los noventa) hasta que alcanza el rango de Gran Almirante poco antes de hacer su aparición en Rebels, está narrado con solvencia y es muy entretenido. Thrawn es tan inteligente y observador como lo recordaba, y una y otra vez demuestra su característico dominio táctico y estratégico. Al hablar de un personaje con una capacidad deductiva tan profunda es inevitable compararlo con Sherlock Holmes y, como éste, Thrawn tiene a su lado un personaje que sirve de puente con el lector. No, no es Gilad Pellaeon, sino un personaje de nueva creación, Eli Vanto, a través de cuyos ojos descubrimos el genio, la personalidad y las motivaciones de Thrawn. Y por otro lado la novela también narra el ascenso burocrático de la futura governadora de Lothal, Arihnda Pryce, personaje creado originalmente para Rebels, y cómo éste está inevitablemente relacionado con el del Gran Almirante.
Thrawn es una muy buena historia que cualquier fan del amigo Mitth'raw'nuruodo disfrutará sin duda alguna. Recomendable tanto para fans de Rebels y del nuevo canon como para nostálgicos del Universo Expandido. Cuatro estratégicas estrellas y media.
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2 comments:
Ah, qué grande es Thrawn. Todavía no he llegado a los episodios de Rebels en los que sale... porque no he visto la serie desde febrero o así. ¡A ver si continúo, demonios! Pero vamos: Thrawn es el mejor personaje del Universo Expandido, sin ninguna duda. Bueno, él y Corran Horn, claro ;)
Pues coincido de las mejores novelas y de los mejores personajes del UE, la verdad es que ahora mismo no me llama nada el leer o ver más cosas de SW, aunque con rogue one volvi a tener el gusanillo, cada vez que he visto algo no consigue atraparme ni llevarme a una galaxia muy lejana.
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