Me gusta leer y ver la tele

Friday, September 15, 2017

El príncipe viajero

Este verano que está a punto de terminar me he pasado Final Fantasy XV, juego de Square Enix que tiene el doble honor de ser tanto el primer juego de la serie al que he jugado como el primer JRPG (Japanese Role Playing Game) al que he jugado en mi vida. Sabiendo de mi afinidad al anime, manga, y la fantasía, confieso que es de extrañar que nunca hubiera jugado a un JRPG, pero admito que es un género del que, al igual que su primo occidental, siempre he rehuido. La razón es doble. Por un lado, nunca me había parecido interesante construir tus personajes según las habilidades que fueras eligiendo, y luego tener que ir subiéndolos de nivel para poder hacer frente a amenazas cada vez más formidables: yo quería un personaje ya hecho con el que pudiera jugar inmediatamente, y que se encontrara con los enemigos adecuados según fuera avanzando en la historia; nada de tener que huir si por un casual se tropezaba con un monstruo muy por encima de su nivel. Por otro, el combate por turnos me aburre con sólo nombrarlo: hay que ver la pereza que me da sólo de pensarlo. Estando así las cosas, tenía sentido que evitara tanto RPGs como JRPGs.

Sin embargo, todo cambió el otoño pasado cuando (a) empecé a estudiar japonés; y (b) empezó a promocionarse Final Fantasy XV, que salía a la venta ese diciembre tras diez años -¡diez!- de desarrollo. El juego no sólo tenía unos gráficos asombrosos, sino que incluía combate en tiempo real, nada de tener que darse tortazos por turnos. Además, al ser japonés, pensé, tal vez podría jugar en ese idioma y practicar lo que hubiera aprendido (al final no lo hice). El caso es que me compré el juego, y me dispuse a pasarme un montón de horas inmerso en su mundo.

La historia comienza cuando el rey de Lucis convence a su hijo, el príncipe Noctis, y a sus tres amigos/guardaespaldas (Gladiolus, Ignis, y Prompto) para que se vayan de road trip por el continente. Y como no es cuestión de discutir con el rey, los cuatro compañeros se suben en el Regalia, y se dedican a conducir por las innumerables carreteras del lugar. Es cuando el coche se estropea que el jugador controla a Noctis por primera vez, y tiene que empujar el coche hasta llegar a un mecánico en una gasolinera cercana. A partir de ahí, las misiones centrales para ir haciendo avanzar la historia se combinan con las misiones opcionales y subtramas que ayudan al jugador a subir de nivel, adquirir nuevas habilidades, y ganar experiencia, al mismo tiempo que lo animan a explorar y descubrir Eos, el vasto mundo en que la acción tiene lugar.

Durante los primeros ocho capítulos, el jugador va conociendo mejor a Noctis, Prompto, Ignis, y Gladiolus, y ve su amistad crecer y reforzarse a lo largo de las misiones, peligros y aventuras sin fin que corren. Cuando llega la noche, Noctis y sus amigos tienen que buscar una explanada para acampar o alguna caravana u hotel donde dormir, porque caminar por la noche es peligrosísimo, ya que es entonces cuando demonios tremendamente poderosos salen a pasear y a darle un disgusto al primer despistado que se encuentren.

En estos ocho capítulos, Noctis y sus amigos viajan a las zonas principales del juego: Hammerhead, Galdin Quay, Insomnia, y Lestallum, y entre lugar y lugar pasan docenas de pequeños asentamientos, fortificaciones, cuevas, montañas, ríos, y mazmorras que explorar y en las que partirse la cara con todo tipo de criaturas. Mientras tanto, la trama central se va desarrollando, y el jugador descubre que un malvado celoso ha asaltado Insomnia, la capital del reino de Lucis, y le ha enseñado al rey lo afilada que está su espada. A partir de ahí, ejércitos de soldados patrullan el continente buscando a Noctis, y el joven príncipe y sus amigos tienen que ideárselas para permanecer ocultos mientras luchan por derrotar al usurpador.

A partir del noveno capítulo, y hasta que todo termina en el decimoquinto, el juego cambia por completo y deja de ser un open world para convertirse en un juego completamente lineal en el que uno debe cumplir objetivo tras objetivo sin desviarse de la historia hasta llegar al epílogo. Es un cambio ciertamente brusco y radical, y me pregunto hasta qué punto los diez largos años de desarrollo del juego son la causa de esta transformación. ¿Acaso se quedaron sin dinero para convertir esas áreas en un open world con misiones secundarias? ¿Puede ser que tras diez años Square Enix dijera hasta aquí hemos llegado, el juego se tiene que publicar esté como esté? Fuera cual fuese la razón, es en estos capítulos cuando el inevitable enfrentamiento final entre Noctis y el malvado usurpador tiene lugar, con consecuencias inimaginables para Lucis y el resto del mundo que obviamente no os voy a destripar aquí.

La estética de Final Fantasy XV es soberbia, con gráficos magníficos y unos escenarios bellísimos y repletos de detalle. El mundo de Eos es una interesante y acertada mezcla de "mundo real actual" con tecnología futurista, magia, y criaturas fantásticas, y cada zona que se visita tiene su propia personalidad: Hammerhead parece salida del Oeste americano (está claramente inspirada en Arizona y Utah), Galdin Quay es un paraíso de playas y palmeras, Lestallum es una ciudad moderna y antigua, brillante y polvorienta al mismo tiempo, y Altissia es como Venecia pero rodeada de cataratas y magia. Y esto por citar sólo unos cuantos lugares.

La idea de enfocar la historia como un road trip me parece también una idea inspiradísima que sirve para conectar los distintos lugares que Noctis y sus amigos visitan. Esto permite también mostrar las relaciones entre los cuatro amigos, escuchar de qué hablan en el coche, y descubrir con ellos nuevos lugares que explorar. Además, dados mis numerosos road trips por los Estados Unidos y mi conducción por Isle of Skye en Escocia hace un par de años, me sentí completamente identificado con los personajes y su situación.

Para profundizar aún más en la idea del road trip, Prompto siempre lleva una cámara a cuestas, y de vez en cuando señala lugares pintorescos y sugiere parar a hacerse una foto. Por las noches, cuando los amigos acampan, el jugador elige lo que Ignis va a cocinar para el grupo, y mientras se hace la cena los cuatro amigos miran las fotos que Prompto ha hecho durante el día. ¡La sensación de estar inmerso en un road trip es total!

A lo largo de su viaje, Noctis y sus amigos conocer a distintos personajes que les encargan misiones, y se cruzan con animales salvajes de estupendos diseños que me dejaron con la boca abierta en más de una ocasión. ¡Tanto fue así, que muchas veces no quería luchar contra ellos o cazarlos porque no quería hacerles daño!

Cuando no se está combatiendo con animales salvajes o con criaturas enormes y monstruos de pesadilla, Noctis y sus amigos se enfrentan a los soldados del usurpador, o a los habitantes de las mazmorras en las que los protagonistas se adentran para encontrar armas y tesoros varios. Estos enemigos presentan gran variedad de diseño y niveles de destreza y peligro, y combatirlos en tiempo real es de lo más divertido, ya que el jugador controla a Noctis pero Ignis, Gladio y Prompto luchan a su lado y atacan en equipo haciendo combinaciones de ataques tan vistosas como devastadoras. Además, luchar es muy sencillo, con un botón para atacar, uno para bloquear, uno para lanzar ataques mágicos, y otro para hacer un ataque de teleportación (mi favorito) devastador. ¡Una gozada!

Tras todos estos párrafos supongo que os habréis hecho una idea de cómo funciona Final Fantasy XV y de qué esperar si jugáis, así que dejadme que os diga qué me ha parecido el juego. Los ocho primeros niveles  son soberbios y entretenidísimos, y es en ellos donde todo funciona a la perfección: el tema del road trip, la amistad de los cuatro protagonistas, la exploración de un mundo atractivísimo... Todo fluye perfectamente y hace que el jugador se pase decenas de horas completando misiones opcionales, escalando montañas, o paseando por las empedradas calles de Lestallum, uno de mis lugares favoritos del juego. Sin embargo, todo cambia en el capítulo nueve, y es aquí cuando la trama da un giro que a mí, personalmente, no me gustó nada. La cosa no hace sino empeorar en el capítulo diez (sin duda el que menos me ha gustado, y con diferencia, tanto por el diseño del nivel como por la actitud de los personajes debido a los sucesos de la trama principal), y aunque los capítulos once a trece mejoran, el recuerdo de lo entretenidos que habían sido los ocho primeros hace que estos dos desmerezcan bastante. Finalmente, los dos últimos son básicamente varias batallas interminables y aburridas contra enemigos poderosísimos pero magníficamente diseñados, y un epílogo que, debido a la historia en sí, a mí no me gustó nada. Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Me ha gustado el juego, sí o no? Difícil de decir es.


Final Fantasy XV me ha gustado lo suficiente como para seguir interesado en los JRPGs y RPGs, y es bastante probable que me haga con dos o tres juegos más del género en el futuro semi cercano. Dicho esto, y si he de ser sincero, si Final Fantasy XV hubiese terminado al final del capítulo ocho, le habría dado cinco estrellas de rol sin dudarlo ni un segundo, pero los capítulos nueve a quince no me merecen más que dos o tres deslucidas estrellas, y me han dejado un mal sabor de boca. Supongo que al juego en conjunto le doy tres estrellas y media o tal vez cuatro, pero es bien difícil valorarlo en su totalidad cuando consta de dos partes tan diferentes, tan claramente separadas, y de calidad tan dispar. Mi consejo sincero es que juguéis al juego durante los ocho primeros niveles, hagáis un montón de misiones opcionales, exploréis y os lo paséis bien, y una vez terminéis con el octavo capítulo, saquéis el disco de la consola y no lo terminéis jamás: así sólo tendréis buenos recuerdos de las aventuras de Noctis y sus amigos. No es mala idea, ¿verdad?

4 comments:

Nash said...

Muy interesante tu análisis y creo que acertado no puedes meter pasta durante 10 años y seguir esperando indefiniamente necesitas recuperar la inversión y sacar beneficios, así que el cambio sea por la necesidad de sacar ya el producto al mercado.
Una pena por lo que cuentas.
A mi es un tipo de juego que siempre me ha gustado tanto el rol clasico como el de PC.

Mario Alba said...

Pues sí: una pena, porque les podía haber quedado redondo, pero bueno. Siempre puedes comprártelo de oferta y jugar sólo en los niveles buenos, jaja.

Yo nunca he jugado a juegos de rol en el ordenador, como ya digo en la entrada, aunque tengo en la estantería The Witcher 3 (por supuesto, no he jugado ni al primero ni al segundo), y Divinity: Original Sin 2 que acaba de salir, tiene una pinta estupenda.

Nash said...

Pues ya estas tardando de ponerte con el brujo 3, me han dicho que es una pasada.

Mario Alba said...

Lo que me para es lo larguísimo que es. Después de Final Fantasy, he estado jugando a juegos mucho más cortos, pero pronto me pondré a brujear, no te preocupes :)