La acción transcurre en Nueva York a finales de la década de los 50. La protagonista, Miriam "Midge" Maisel (Rachel Brosnahan), es una mujer dedicada a su marido Joel (Michael Zegen) y sus hijos que ve su mundo tambalearse cuando Joel le dice que se larga con su secretaria, y que ahí se quedan ella y los niños. Bebida e iracunda, Midge acaba en el bar en el que su marido iba una vez a la semana después del trabajo a hacer monólogos cómicos, y sin ser completamente consciente de lo que está haciendo, se sube al escenario y les cuenta sus penas a los allí reunidos, que estallan en carcajadas al apreciar el humor de la joven. A partir de ahí, y tras ser arrestada por conducta obscena y exhibicionismo, Midge decide que tal vez la mejor forma de salir adelante es convertirse en humorista, ya que parece tener un talento natural para hacer reír a la gente. Y hasta aquí puedo leer.
Esta primera temporada de The Marvelous Mrs. Maisel consta de tan solo ocho episodios de unos cincuenta minutos de duración cada uno, y se ve en un suspiro gracias a lo interesante y compelling que resultan tanto Midge como su situación. Al igual que en Gilmore Girls, los diálogos transcurren a velocidad de vértigo, y todos los personajes son graciosos e ingeniosos y hacen reír al espectador casi cada vez que abren la boca. O sea: el estilo con el que Sherman-Palladino deslumbró a propios y extraños con su anterior serie.
Si os gustan las comedias hilarantes, los diálogos rápidos, y que vuestras series las protagonicen mujeres fuertes y valientes, no os podéis perder The Marvelous Mrs. Maisel, que os garantizo hará vuestras delicias en todos y cada uno de los episodios de esta primera temporada. Cinco desternillantes estrellas no son suficientes, pero como no tenemos más, se las doy todas sin dudarlo ni un momento. ¡Una serie magnífica!
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