Me gusta leer y ver la tele

Thursday, February 18, 2010

Chuck It Out


Ya va siendo hora de hablar de una de las series televisivas que, por méritos propios, aspira a entrar directamente en mi Top Ten de series preferidas de la historia.

Chuck es la historia de un fracasado. Ex-estudiante de Stanford, tras su expulsión de esta entidad académica, nuestro protagonista se retrae a una vida insatisfactoria y a un trabajo que de ningún modo encaja con sus anteriores expectativas. Sin autoestima propia, para él no existe el modo de salir de ese mundo. Hasta que de pronto uno de sus ex-compañeros de la universidad, ahora agente de la CIA, le envía un email que da un vuelco a su vida… a la vez que descarga un superordenador en su cerebro.

Ése es el punto de partida de Chuck, tan sencillo de explicar como difícil de tragar a simple vista. Pero no hay que dejarse engañar por las apariencias. Chuck, de la que ahora mismo se está emitiendo su tercera temporada, es una serie sólida que no defrauda en ningún momento. Sus más que decentes guiones marcan el ritmo de una historia hilarante, que resulta igual de interesante independientemente del universo de la vida del protagonista que se esté tratando en cada momento: su trabajo como reparador informático en unos grandes almacenes o sus misiones con la CIA.

Zachary Levi interpreta al torpe y adorable Chuck, y lo hace con tal solvencia y desparpajo que resulta imposible no dejarse llevar por este personaje que acaba superado por un mundo que le viene demasiado grande. A su alrededor, más de media docena de personajes regulares, tan excelentes como el propio protagonista, le dan la contrapartida. Su mejor amigo Morgan (Joshua Gomez), su hermana Ellie (Sarah Lancaster) y su novio Devon (Ryan McPartlin), o sus indescriptibles compañeros de trabajo Jeff (Scott Krinsky) y Lester (Vik Sahay), marcan el día a día de la vida real de Chuck, mientras que su faceta de espía, que irrumpe con fuerza en su vida, viene de la mano de la bella y la bestia: los agentes especiales Sarah Walker (interpretada por la extraordinaria Yvonne Strahovsky), y John Casey (un excelente Adam Baldwin en otro de sus papeles de culto).

No hace falta ser un friki para disfrutar de esta serie, pero está claro que sus creadores y guionistas lo son, y se nota. Resulta imposible enumerar todas las referencias y homenajes a otros productos televisivos o cinematográficos, especialmente de la década de los ochenta. Porque son muchas.

Pero la cosa no acaba ahí: interesantes cameos en cada episodio, innumerables artistas invitados, una banda sonora que mezcla excelentes temas tanto clásicos como modernos, unos títulos de crédito diseñados con mimo, una trama que no teme avanzar, o las escenas de acción quizá más imaginativas del medio son otros de los fuertes de esta serie, Chuck, a la que en ya más de dos temporadas sólo he sido capaz de encontrarle un par de pegas. La primera, la excesiva previsibilidad de su trama principal, al menos durante sus dos primeros años. La segunda, algo de lo que por otro lado pecan el noventa por ciento de los productos de la parrilla (te miro a ti, House), que cuando parece que la serie va a dar un paso adelante y reinventarse, como pasó al final de su segunda temporada, todo tarda exactamente dos episodios en volver a estar como al principio. Entiendo que es arriesgado cambiar el status quo de algo que funciona, con ese tema de las audiencias respirando en el cogote de los productores, pero eso no puede ser excusa. Joss Whedon, por ejemplo, nunca tuvo miedo de reinventar Buffy o Angel en cada una de sus temporadas, y todos sabemos lo bien que le salió la jugada.

Hablando de lo cual, el hueco dejado por estas series fue en su momento demasiado grande para mí, y hasta ahora había estado buscando algún otro producto televisivo que consiguiera rellenarlo. Chuck, sin duda, lo hace con creces.

9 comments:

Nash said...

Esta serie es genial, me encantan todos los personajes, creo que es imposible hacer una critica mejor.

Mario Alba said...

Me avergüenza decir que, en dos meses que he tenido la primera temporada, sólo he visto los cuatro primeros episodios. Eso sí: son graciosos y muy entretenidos. A ver cuándo encuentro tiempo para seguir viéndola!

Anonymous said...

Pues eso sólo puede significar dos cosas, Fel: que no tienes vergüenza, o que te has echado novia.

Lo mejor que puedes hacer: engancharla a Chuck. No creo que te resulte difícil.

Pedazo de serie.

Mario Alba said...

O las dos cosas, hahaha. Ni dibujo, ni leo, ni nada de nada. Qué vergüenza...

alberto said...

"Joss Whedon, por ejemplo, nunca tuvo miedo de reinventar Buffy o Angel en cada una de sus temporadas, y todos sabemos lo bien que le salió la jugada".

Me pregunto si esa afirmación tiene cierto tonillo sarcástico, dada la predilección de Fox de cancelar las series de este hombre. (2 de 4 sin contar Doll House, de la que estoy hiperdesenganchado -a ver si acabo la tesis y me pongo a recuperar el tiempo-)

Mario Alba said...

Y Dollhouse cancelada está también, Al. A ver si la compro para verla y venderla ;)

Anonymous said...

Pues sí, son 3 cancelaciones sobre 4 series, pero en realidad no pretendía ser sarcástico con la afirmación. Firefly y Dollhouse fueron canceladas sin tiempo de hacer cambios de rumbo, y, por contra, tanto Buffy como Angel, pese a que esta última fue cancelada, dieron lugar a doce magníficas temporadas de televisión. De lo mejor que yo haya visto.

De todos modos entiendo la confusión. Culpad de ello a mi confusa y enrevesada prosa. No se me da bien.

Mario Alba said...

Pobre Joss. A ver si lo vemos en San Diego y nos da alguna noticia jugosa...

Anonymous said...

Jejeje...