Retrato fantástico 1/3

El mes pasado recibí una llamada telefónica muy interesante. Una amiga mía quería que le hiciera un retrato para dárselo a su marido en Navidades. La chica en cuestión adora la fantasía y la ciencia-ficción, y quería que el retrato fuera un dibujo de fantasía. Hace años, me dijo, cuando jugaba a Dungeons & Dragons, su personaje era un ranger, así que le gustaría llevar arco y flechas en el dibujo. Aparte de eso, el único requisito era que sus proporciones fueran normales, y que la armadura no fuese demasiado provocativa. Vamos, lo opuesto a cualquier ilustración fantástica que se precie. Su idea era, para resumir, que le hiciera un dibujo en plan Frazetta, a lo que me apresuré a explicarle que, si yo pudiera dibujar o pintar como el maestro, no estaría trabajando de ídem. Tras varias clarificaciones y negociaciones, acordamos un precio justo por mis servicios, y me puse manos a la obra.

Como los lectores más avispados ya habrán colegido, esta entrada es la primera en una serie de tres, en la que os mostraré el proceso creativo que culminó en el retrato terminado. En esta inaugural entrega podéis ver el boceto, cutre y rápido y con pocos detalles. Tras darle vueltas y más vueltas y probar varias composiciones, me decidí por ésta que, aunque puede parecer simple, es algo más compleja de lo que podría parecer. (O eso, o es que me estoy dando aires de grandeza.)

La cara de la guerrera debe estar en el centro dado que es el centro de atención del dibujo (no en vano es un retrato), pero no quería un retrato tradicional en el que vemos la cabeza y el tronco y nada más, por lo que decidí añadir un par de criaturitas para llenar espacio, para crear un triángulo imaginario con sus cabezas, y para subrayar la idea de que estamos en un mundo de fantasía. Siguiendo con la composición, el arco y la flecha crean un segundo triángulo cuyo vértice central casi coincide con el del anterior (la cara), con lo que las líneas tanto reales como imaginarias que atan el dibujo convergen todas en el mismo punto: el rostro de la guerrera, que es la parte más importante. En tercer lugar, el sol en el horizonte supone otro vértice de un nuevo triángulo que se completa con la cabeza del dragón y de nuevo la cabeza de la protagonista.

Una vez tuve esta composición básica atada, pude pasar a la segunda fase del proyecto, que veremos mañana.