Me gusta leer y ver la tele

Monday, November 24, 2014

Bajo del mar

El noveno juego que me he pasado este año ha sido Bioshock, el celebradísimo juego de Irrational y 2K Games que, desde su publicación en 2007, ha disfrutado de un éxito y un prestigio inusitados; tanto es así, que todavía hoy la mayoría de las listas de los mejores juegos suelen mencionarlo como uno de los cinco mejores de la ya pasada generación. En mi opinión, no es para tanto, pero confieso que los juegos en primera persona no son precisamente santos de mi devoción, con lo que mi opinión es conscientemente sesgada. Aun así, debo admitir que Bioshock me ha resultado de lo más entretenido por varias razones. Para empezar, la ambientación es envolvente, y el estilo art deco en que los edificios y demás objetos de Rapture están diseñados me pareció especialmente acertado. La música, que remite también a ese período histórico, ayuda al jugador a sumergirse por completo en la desolada ciudad submarina, y los diálogos y efectos de sonido completan una atmósfera tenebrosa, inquietante y misteriosa.

En lo que a la mecánica del juego de refiere, Bioshock es el típico juego en primera persona en el que hay que disparar a todo lo que se mueva mientras se exploran los distintos niveles en busca de objetos que nos permitan avanzar hasta el siguiente desafío, y debo decir que este aspecto me resultó bastante repetitivo, aunque los cuidados y variados escenarios ayudan a que no resulte tedioso. Al mismo tiempo, tampoco me encontré en ningún momento deseando saber qué iba a pasar a continuación, porque ya me lo imaginaba: más habitaciones semi abandonadas que explorar, más objetos que descubrir y coleccionar, y más habitantes psicóticos a los que aniquilar.
Hablando de darles el pasaporte a los distintos enemigos, Bioshock me resultó bastante original en su enfoque. Con la mano derecha, Jack, el personaje que controla el jugador puede usar las diferentes armas que se va encontrando a lo largo del juego: una pistola, una ballesta, un lanzagranadas, una escopeta, una ametralladora, y un par más de opciones igualmente mortíferas. Con la mano izquierda, Jack puede usar una serie de mejoras biológicas que va inyectándose en su cuerpo durante su aventura. Así, Jack puede lanzar fuego o rayos eléctricos, usar telekinesis, congelar enemigos, y varios trucos más cortesía de las curiosas alteraciones genéticas a las que se somete. Y ya os podéis imaginar divertidas combinaciones como congelar a un enemigo con la mano izquierda, acercarse hasta él, y hacerlo estallar en un millón de trocitos de hielo con un escopetazo a bocajarro. Por ejemplo.
Con respecto a la historia que se nos cuenta, confieso que me costó bastante meterme en la trama y seguirla a lo largo de los niveles, ya que lo único que realmente parecía importar era seguir explorando, seguir masacrando, y seguir avanzando hasta encontrar al malvado responsable de la destrucción de Rapture, pero al parecer es de lo más interesante. Si tenéis curiosidad, podéis leer qué pasa aquí.

Para resumir, Bioshock me ha gustado y me alegro de haber jugado, pero sospecho que me habría gustado más si hubiera sido un juego en tercera persona, aunque admito que la culpa es mía y de mis preferencias. De todas formas, es un juego de lo más entretenido, y si os gusta este género, sin duda debéis haceros con él, y probablemente con sus secuelas también.

2 comments:

Nash said...

Es muy complicado que nos sorprenda un juego, libro o película...

Nash said...

Espero que no y que todavía me puedan sorprender, pero reconozco que será difícil.