Me gusta leer y ver la tele

Saturday, May 19, 2012

Peep Show

Desde que mi querido coblogueador Fel nos hablara de sus libros favoritos de su autor favorito, el siempre prolífico Stephen King, desde entonces, digo, he querido leerme varios de ellos. Ya disfruté esa obra maestra impresa que es Misery, así como hace tiempo comencé a navegar por las procelosas aguas de la Dark Tower saga. Hace unos meses también devoré esa otra maravilla que es The Long Walk, y me alegra anunciar que recientemente me he hecho con una copia de The Stand, al que espero hincarle el diente en el futuro cercano. Poco a poco voy llenando huecos, tachando casillas en pos de mi graduado en Kingología, y hoy vengo a hablar del último de ellos que ha ocupado mi tiempo. Un libro que, por alguna razón, he esperado demasiado tiempo a leer.

Stephen King escribió The Eyes of the Dragon durante la primera década de su carrera, y es quizá por eso por lo que ni siquiera parece un libro suyo. El estilo en que la historia está narrada está tan alejado del habitual de Mr. King, que, de no haberlo sabido de antemano, probablemente nunca hubiera adivinado que era su mente retorcida la que se escondía tras esas palabras. Lo que no es necesariamente malo, por supuesto. De hecho, el clásico papel de narrador de cuento que el amigo King desempeña aquí, tan consciente del tipo de historia que está contando, hace que ésta se empape de un sentimiento de cuento clásico, de narración típica de los hermanos Grimm o Hans Christian Andersen (que no Richard Dean Anderson, ése es otra persona distinta). Muy del tipo, siguiendo un ejemplo más reciente, de S. Morgenstern. Quienes hayais leido The Princess Bride sabreis a lo que me refiero.

Por supuesto, los elementos de la historia que Mr. King narra en The Eyes of the Dragon se prestan a esa narración tipo cuento clásico. Así, nos encontramos con un rey moribundo, un príncipe heredero, y un mago malvado. En resumidas cuentas, un reino fantástico en peligro. Tales ingredientes han dado lugar ya a un número incontable de historias. Y las que quedan. Y no espero cansarme nunca de ellas.

Ya desde las primeras páginas supe que la historia iba a resultarme tan entretenida como acabó siéndolo. Incluso siendo ésta una de las novelas más cortas del de Maine, éste elige no ahorrarse un sólo detalle acerca de los personajes y su historia personal, acerca de sus miedos y motivaciones. Y es ésta la razón principal por la que The Eyes of the Dragon me ha dejado con un sentimiento, digamos, ambivalente. Por un lado, esa maldita manía de contarlo todo hace que la historia avance muy lentamente con respecto a las expectativas del lector. Quiero decir, ya desde las primeras páginas el narrador informa de ciertos acontecimientos que sucederán después, a partir de los cuales, digamos, es cuando comienza la verdadera historia. La acción. Pero Stephen King se empeña en explorar la historia personal de todos y cada uno de los personajes principales antes de que suceda ese desencadenante de la historia. Se empeña en retrasar páginas y páginas, capítulos y capítulos, ese acontecimiento que se nos ha asegurado va a llegar. Entendedme, no habría tenido ningún problema si el propio autor no hubiera apuntado un faro luminoso hacia la llegada de tan vital acontecimiento. Al hacerlo, me hizo tener media mente puesta en ello, mis expectativas deseando que llegara el momento. Se me prometió algo, y luego se me puso a prueba antes de serme concedido. Si a eso le sumamos que en el tramo anterior al clímax de la historia King elige no utilizar una sola elipsis temporal, cuando al hacerlo podría haber aumentado el ritmo de la acción sin perjuicio alguno para la trama o el desarrollo de los personajes, el libro se hace mucho más pesado de lo que su limitada extensión podría dar a entender.

La otra cara de la moneda, el otro cincuenta por ciento de ese sentimiento ambivalente que tengo acerca de la novela, viene, curiosamente, de la misma fuente: Stephen King se empeña en contar todos y cada uno de los momentos importantes en la vida de los personajes antes de que la acción se desencadene. Por supuesto, eso incluye los episodios de la vida de éstos que han contribuido a formar su personalidad, que han hecho germinar sus miedos y motivaciones. Fan como soy de los personajes bien construidos, no puedo sino admirar al jefe King por esto. Escenas como la del pequeño Peter recibiendo una lección de su madre acerca de la necesidad de usar siempre una servilleta en la mesa no sólo nos permiten entender mejor a los personajes y de dónde vienen, sino que establecen líneas argumentales que serán cerradas mucho después. Fue leyendo esta misma escena, muy al principio del libro, cuando supe que no iba a parar de leer hasta la última página.

Porque, pese a todo lo dicho antes, The Eyes of the Dragon no deja de ser un libro muy entretenido. Sí, en ocasiones muy puntuales llega a hacerse pesado. Y es bastante predecible. Pero sinceramente, ¿qué cuento clásico no lo es? Así que puedo afirmar sin dudarlo que, de nuevo, Stephen King no me ha decepcionado. Me ha sorprendido, con un tipo de historia muy alejada de lo que cabría esperar de él, pero no me ha decepcionado.

Sigo en pos de mi título de kingólogo. Próxima parada, Wizard and Glass.

5 comments:

Nash said...

Joer, yo ya no hago más críticas de libros que al lado de esta paracen una chufa :-)
Estoy deacuerdo en todo lo que dices, empece 3 veces este libro y tres veces lo abandone por lento y pesado, pero con Finn me dijo que estaba genial a la 4 lo termine y realmente me encanto.

Mario Alba said...

Interesante y ambivalente crítica, Hal, pero me alegro de que te haya gustado más que menos :) Ya veremos cómo queda la miniserie de TV.

Anonymous said...

¿Miniserie de TV? ¿Para cuándo? Habrá que verla.

Tú haz todas las críticas de libros que puedas, Nash, que no sólo no son una chufa, sino que son muy interesantes. Y muy sinceras, que es lo importante, jejeje.

El libro en si me gustó mucho, en serio. Lo repito por si no ha quedado claro por mi crítica. Pero cuando me puse a escribirla la verdad es que no me podía sacar de la cabeza sus cosas negativas (o, bueno, que a mí particularmente me parecen negativas). No es el mejor libro de King que haya leido, pero tampoco es el peor.

De hecho, creo que ahora mismo el ranking estaría así:

1. Misery
2. The Long Walk
3. The Drawing of the Three
4. The Eyes of the Dragon
5. The Waste Lands
6. The Gunslinger

También me he leido Nightmares & Dreamscapes, pero es de relatos cortos, así que no cuenta.

Mario Alba said...

Estoy de acuerdo en que Misery es el mejor del grupo, sin duda. Lo que queremos ahora es un ranking de tus historias favoritas de Nightmares & Dreamscapes, de la que hay también miniserie de televisión que no sé si has visto, por cierto. De la de The Eyes of the Dragon, que a lo mejor era peli para TV en vez de miniserie, creo que sólo leí que estaba en pre-producción, así que ya veremos cuándo podemos degustarla.

Mario Alba said...

Y más te vale que te gusten los detalles prolijos sobre distintos personajes si te has comprado The Stand, hahaha.