Hace un tiempo, en los comentarios a este post, se discutió acerca de las consolas que ocupan el mercado hoy día. Mientras que a nadie parecía interesarle la Playstation 3 de Sony, dos facciones encarnizadas defendieron a muerte la Xbox 360 de Microsoft y la Wii de Nintendo. Yo era de estos últimos.
Ambas consolas responden a diferentes maneras de ver el mercado videojuegueril. La Xbox según el modelo clásico de expertos jugones, basado en la duración, espectacularidad gráfica, sonido y guión de los juegos, que explotan al máximo todos los botones del mando de control. La Wii según el nuevo (y a la vez tan antiguo) modelo activo de juego que atrae a jugadores esporádicos, con la simpleza como filosofía, buscando potenciar más que nada la jugabilidad, y haciéndole un hueco a la obtención de beneficios paralelos para el jugador (como, por ejemplo, el mantenimiento físico).
Personalmente, siempre me han gustado los juegos largos y complejos, aquellos en los que la experiencia es un grado. Pero, al menos durante este momento de mi vida, y probablemente en los venideros, respondo más al segundo perfil. No quiero juegos que me hagan estar incontables horas frente a la pantalla, sino algo a lo que poder recurrir de cuando en cuando sin mayor preocupación. No quiero jugar sentado frente al monitor, sino tomar una posición activa y moverme en torno al salón. No quiero una consola a la que le saque el mayor partido jugando solo, sino una experiencia más social, compartiendo el juego con amigos o familia. Y le doy más importancia a la jugabilidad que a los gráficos en alta definición (aún más teniendo en cuenta la jurásica televisión que uso para jugar).
Así que me he decidido hace tiempo. Quiero una Wii. Sabe Dios cuándo podré comprármela, porque en casa andamos un poco justos de dinero, y, sinceramente, hay gastos más importantes que afrontar. Quizá dentro de unos meses sea el momento.
O quizá el momento haya sido este mes pasado.
Hace unas semanas mi novia me regaló la Wii. Se me presentó en casa con el nuevo pack negro que contiene Wii Sports y Wii Sports Resort, más un mando adicional. Regalazo. Me costó unas horas asimilarlo, porque me había resignado a esperar unos meses antes de poder comprarla, pero por algo tengo la mejor novia del mundo. Y hay gastos más importantes, desde luego, pero un regalo es un regalo.
Puedo decir ya sin temor ninguno que no me equivoqué ni media. La Wii es la consola para mí. Lo tenía demasiado claro como para que hubiera resultado ser de otra manera. No me canso de ella, entre otras cosas porque no estoy ni mucho menos todo el día jugando. La comparto con mi novia, mis amigos y mi familia (resulta que mis padres también se han hecho con otra). Adoro su simpleza, pero sobre todo su endiablada jugabilidad. Adoro jugar haciendo el subnormal frente al televisor. Y lo que es más, adoro ver a otros jugar haciendo el subnormal frente al televisor.
Tanto Wii Sports como Wii Sports Resort son juegos muy entretenidos, pero no nos engañemos, son lo que son, minijuegos para reuniones sociales o en los que ocupar veinte minutos del día. Pero qué veinte minutos, y qué reuniones sociales. Partidas de bolos, épicas a la par que hilarantes luchas a espada, relajantes momentos de golf, adictivas partidas de tenis o ping pong, emocionantes concursos de triples... No les pido más, la verdad.
De momento me conformo con lo que ahora mismo tengo, y la verdad es que no quiero mucho más. En el futuro me compraré un Rock Band, eso seguro, y estoy sopesando hacerme con algún Zelda, un Mario, y probablemente recuperar en la opción de Consola Virtual alguno de los juegos con los que tanto disfruté en los 8 y 16 bits. Pero de momento...
¡Mario Kart, allá voy!
2 comments:
Halagan veo que pensamos igual, es como si me hubieses leido la mente y hubieses escrito lo que pienso, pero sin faltas y de forma más bonita. Yo con lo que mejor me lo paso es con la Wii fit, haciendo mis ejercicios en el salon, creo los vecinos de enfrente se deben descojonar de mi todas las mañanas pero paso.
Creo que lo mejor es como dices que todo el mundo puede jugar a juegos sencillos y si tienes muchos mandos, con lo caros que son es jodido, te lo pasas geniala
Nada, nada: a disfrutarla con salud!
Post a Comment