El príncipe valiente

Como ya dije en otra entrada, recientemente he estado jugando a Prince of Persia, un juego que salió el año pasado y que me pareció visualmente glorioso en los vídeos y fotografías que en su día pude ver. Sin embargo, no estaba seguro de querer comprarlo, así que cuando me enteré de que un amigo lo tenía y ya no lo usaba, aproveché para pedirlo prestado y probarlo. El veredicto: me alegro de no haberlo comprado.

Es verdad que, visualmente, el juego es muy interesante, pero ésa es prácticamente su única virtud. POP es un juego de plataformas, y curiosamente el sistema de saltos es lo que más me hizo enfurecer mientras jugaba, por dos razones. Una, porque muchas veces tu personaje no salta cuando aprietas el botón, sino medio segundo después. Llamadme exigente, pero cuando tienes que ir saltando de plataforma en plataforma o de pared en pared y necesitas secuencias de movimientos precisos encadenados, este defecto es mortal. En la mayoría de casos, para cuando el principito tenía a bien saltar, yo ya había apretado otro botón para moverme en otra dirección, con lo que acababa saltando en esa segunda dirección y no la original. Como resultado, vuestro querido Fel acababa en el fondo del precipicio de turno.

La segunda razón es que muchos de los saltos requieren ayuda extra. Corriendo siempre detrás de ti hay una chica (Elika) a la que estás ayudando a restaurar las tierras del reino, y cuando un salto es demasiado largo, puedes apretar un botón y ella vuela, te coge en mitad salto, y te deja en la otra orilla o plataforma o borde o lo que sea. Esto es más subjetivo que mi primer problema, pero me parece que tener que usar el comodín de Elika para franquear un abismo que tal vez debería haber sido diseñado de otra manera es más un parche para arreglar un error que otra cosa.

Hablando de parches y de tu infatigable compañera de aventuras, Elika es tan formidable que jamás deja que mueras. Nunca. En Prince of Persia, sencillamente, no puedes morir. Cada vez que te caes por un precipicio (y son muchas, muchas, muchas veces), Elika te coge de la mano en una animación estándar y te regeneras en la plataforma en la que estabas antes de diñarla. Por un lado, es un buen recurso, ya que te evita repetir partes del juego que ya has superado. Por otro, sin embargo, no puedo sino pensar que esto no es más que otro parche, una forma de tratar de contrarrestar la frustración que el deficiente sistema de saltos provoca. Es como si hubieran dicho: "la gente va a estar contentita cuando vea lo mal que hemos diseñado los saltos en este juego, así que vamos a hacer que sea imposible morir para que no se quejen demasiado". Como ya he dicho antes, en vez de un comodín o una herramienta útil, me parece un intento barato de tratar de arreglar una tara fundamental en la arquitectura del juego.

Sorprendentemente, lo que más me ha gustado del juego ha sido los diálogos entre Elika y el príncipe, que son excelentes tanto por cómo están escritos como por las voces de los actores. Desgraciadamente, puedes saltarte la mayoría de los diálogos, dado que no son imprescindibles para avanzar en el juego, con lo que supongo que muchas personas se los habrán perdido.

Finalmente, debo confesar que sólo me he pasado la mitad del juego. Quería pasármelo entero, pero después de haberlo tenido abandonado durante un par de semanas, me di cuenta de que no tenía el más mínimo interés en continuar jugando, con lo que acabé devolviéndolo sin haberlo terminado. Supongo que eso es el testimonio más elocuente sobre la opinión que me merece este Prince of Persia.