En algún recóndito paraje de la Soleada Jhanna comenté, no hace mucho, que pronto os enseñaría algo esculpido por el nene. Claro que, en vista de los resultados, escupido podría resultar una palabra más apropiada.Hace algunas semanas, una de las profesoras de arte de la escuela tuvo la brillante idea de invitarnos a hacer tazas que luego usaríamos para beber en una fiesta. Para hacerlas, disponíamos de arcilla blanca (grisácea, más bien) y de todo el talento que fuéramos capaces de exhibir. En mi caso, y en lo referente al modelado, no es mucho. Así que, sin saber muy bien qué quería, estuve probando distintas ideas y cambiándolas, modificándolas, y desechándolas todas a mitad hacer. Al final, el ambiciosísimo dragón que veía en mi mente acabó convirtiéndose en una especie de oso hormiguero, y la presunta taza acabó siendo algo que funcionaría mejor para poner lápices, especialmente si no son muy largos.
En fin. Aquí y aquí podéis ver otros ángulos distintos; y mientras los miráis, recordad que lo mío es el dibujo, no la escultura. Enjoy!
2 comments:
Esta claro que la escultura no es lo tuyo, pero bueno es un bicho gracioso, siempre puedes decir que lo hiciste cuando estudiabas preescolar :-)
No es mala idea, hahaha. De todas formas, pienso que pintado ganaría más...
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