No hay que juzgar al libro...

No quiero decir que la portada de False Negative sea lo mejor de este libro, pero la verdad es que lo mejor de esta novela es la portada del gran Glen Orbik. Por lo demás, esta historia noir escrita por Joseph Koenig me ha dejado bastante frío y ciertamente indiferente. Pese a contar con un argumento interesante en el que un periodista, despedido tras una enorme metedura de pata en su diario, se convierte en escritor de horrendos crímenes reales para una revista de detectives, lo cierto es que tanto la forma en que la novela está escrita como la forma en que se desarrolla la trama no han acabado de agradarme demasiado.
Con respecto a cómo está escrito el libro, no sólo parecen faltar palabras aquí y allá (una decisión consciente del autor, eso me queda claro), sino que todas y cada una de las conversaciones entre los distintos personajes son, desde el principio mismo del intercambio, un concurso para ver quién es el más listo o el más ingenioso: da igual quién esté hablando; lo importante es que todo el mundo ataque verbalmente a todo el mundo sin importar el tema de conversación, lo que hace algo difícil seguir los diálogos y saber de qué se está hablando.
En lo que a la forma en que se desarrolla la historia se refiere, básicamente los sucesos se suceden unos a otros hasta que se nos muestra quién es el malo, sin que el protagonista tenga mucho que ver con la resolución del misterio. Algo investiga, sí, pero respuesta no le llega gracias a sus esfuerzos, sino que acaba pasando así porque sí. Decepcionante, en mi opinión.
False Negative tiene un montón de críticas positivas en Amazon, así que a lo mejor el raro soy yo, pero sinceramente no creo que os pueda recomendar este libro, así que mi consejo es que ni lo toquéis. ¡Con algo de suerte, mi próxima lectura será más satisfactoria!