Dibujando Disneylandia

Algunos de los paquetes fotográficos nupciales que mi querida esposa ofrece en nuestra página web incluyen un retrato de la feliz pareja perpetrado por el abajo firmante. En este caso, los tortolitos iban a ir a Disneyworld de viaje, pues, al parecer, el lugar más mágico de la Tierra (o así lo llaman) les gusta tanto que no sólo lo visitan varias veces al año, sino que además lo convirtieron en su destino para este viaje especial y único en sus vidas. Al menos a mí me lo pusieron fácil, porque no tenía más que escoger algo icónico para representar el parque, y ponerlo de fondo en el dibujo. El único problema, como creo haber admitido en alguna ocasión, es que dibujar edificios y tecnología son dos cosas que me resultan dificilísimas, con lo que dibujar el castillo de Cenicienta requirió más tiempo del que me gustaría admitir. Y encima, como los recién casados conocen el castillo más que bien, no podía dibujar cualquier porquería y tratar de colarla. En resultado: horas y más horas construyendo el castillo, como si fuera un albañil. En qué estaría pensando cuando se me ocurrió elegir el castillo...

Lo primero que hice, como podéis ver en el primer dibujo, fue bosquejar el castillo entero, y una vez hecho esto, puse a la pareja a la derecha, como si alguien les estuviera haciendo una foto con el castillo de fondo. Una vez supe qué partes del castillo iban a tapar las figuras, me puse a detallar el resto de torres, muros, y banderitas, como podéis apreciar en el segundo dibujo. Finalmente, una vez estuve contento con el castillo, volví a prestarles atención a los novios, la parte más fácil de la ilustración, para atarlos bien a lápiz. El resultado, obviamente, podéis verlo en el tercer dibujo.

Normalmente intento no hacer tantos detalles a lápiz por dos motivos. En primer lugar, para aligerar el proceso y no pasarme varios días trabajando en una ilustración. En segundo lugar, me gusta más añadir los detalles cuando entinto para así no aburrirme y que el entintado no se convierta simplemente en repasar a tinta lo que ya hice a lápiz, terminando así por dibujar lo mismo dos veces. Sin embargo, en dibujos más complejos (como éste), prefiero atarlo todo bien a lápiz para asegurarme de que todo va a salir como quiero.
Tras haber terminado el dibujo a lápiz tocaba coger los rotuladores y empezar a colorear, pero para ver esta tercera fase tendréis que esperar hasta mañana!