Me gusta leer y ver la tele

Sunday, December 01, 2013

La hora del baño

Bañarse es otra de las actividades favoritas de nuestra sobrina, así que no es de extrañar que Crystal quisiera que uno de los dibujos retratara al hada Avonlea pasándoselo en grande en la bañera. Se me ocurrió darle forma de tetera a la bañera no porque rimara sino porque, por alguna razón, me suelen gustar las cosas con forma de otras cosas (como una papelera con forma de rana, un teléfono con forma de hamburguesa, o una regadera con forma de elefante, por ejemplo). Otro detalle curioso es que, en el boceto original (que tristemente no conservo), una rana que hacía el papel de mayordomo sujetaba una bandeja con distintas botellas de champú y geles varios a la derecha de la bañera, pero cuando me puse a hacer la versión final decidí poner una de esas estanterías colgantes al lado de la bañera, y poner ahí todos los productos necesarios. Esta decisión dejaba un espacio vacío donde la rana se había hallado, y fue entonces cuando se me ocurrió poner ahí un espejo. Pero, me dije, tendría gracia si el espejo estuviera siendo instalado por un par de insectos que claramente carecen de la fuerza y las herramientas necesarias para tal empresa. Y la verdad es que esos dos bichos acabaron siendo mi parte favorita del dibujo, así que no veáis lo que me alegro de haber despedido a la rana y haber contratado en su lugar a este par de saltamontes enclenques. ¡En cuanto se descuiden, seguro que un topo conduciendo un coche aparece de imprevisto y les rompe el espejo en mil pedazos!

5 comments:

Halagan said...

Jajaja. Totalmente de acuerdo: los pobrecillos insectos se salen.

Que curiosamente Rebeca tiene puesta la tele y ahora mismo están echando Bichos. Ya véis.

Mario Alba said...

Curiosa coincidencia, jajaja. Y me alegro de que te gusten los esforzados insectos :)

Nash said...

Muy bueno, me encanta la tetera bañera a mi también me gustaba el teléfono hamburguesa otra de esas cosas de los años 80 que ya nunca tendre

Mario Alba said...

Tenían uno en el escaparate de una tienda en Paiporta, y cada vez que pasaba por delante soñaba con el día en que podría permitirme comprar uno. Como bien dices, otra cosa de los 80 que jamás tendré :)

Halagan said...

Jajaja. No sabía que el teléfono hamburguesa fuera algo tan extendido.