El día del hada Avonlea termina como el de todo el mundo: yéndose a dormir. En el boceto original, nuestra hada favorita se dormía en un cuarto que bien podría pertenecer a cualquier niña normal, con lo que me puse a pensar en cómo podía hacer una habitación más de cuento de hadas. Fue entonces cuando se me ocurrió que podía ponerla dentro de una flor con sábanas y todo, y seguro que estaría de lo más cómoda. Así pues, me dispuse a cambiar la práctica totalidad del dibujo, excepto por la posición de Avonlea, que terminó siendo el único elemento del boceto original que mantuve en el dibujo terminado. Una vez lo tuve todo atado a lápiz, le enseñé el dibujo a Crystal, quien sugirió que incluyera al mejor amigo de Avonlea durmiendo con ella, cosa que me apresté a hacer sin perder ni un instante. Una vez hube añadido al gatito, lo entinté todo con rapidez, y la apacible escena nocturna quedó terminada.
Y con el fin del día del hada Avonlea termina también nuestra serie sobre cómo se hizo A Fairy Good Day. Sólo me resta decir que el libro fue todo un éxito, y que a todo el mundo pareció encantarle, así que me doy por satisfecho con los resultados. Si algún padre orgulloso me enseña alguna página pintada por su pequeñuelo, ya procuraré ponerla aquí para que la veáis. ¡Buenas noches a todos!
4 comments:
Me alegra que despues de semejante currada fuese todo un éxito el libro. Puede que tu futuro este en los libros infantiles para colorear. Me gusta el dibujo, como siempre los detalles muy bueno, el gusano, el gato y la luna. Solo por fastidiar un poco, donde esta el armario del primer dibujo en esta flor???
Muy bueno todo el libro. Me alegra que le gustara a la gente, sobre todo a la cumpleañera.
¿Al final qué paso con el tema de la encuadernación?
Me alegro de que os guste.
Con respecto al armario, debe estar en la otra habitación, jejeje.
Sobre la encuadernación, la madre de la criatura imprimió múltiples copias de cada página, las separó en distintas pilas, hizo un agujero en la parte superior izquierda con una de esas taladradoras de oficina (todavía recuerdo mi Perforette verde con el botón naranja, algo de los 80 que sí pude tener, jaja), y "encuadernó" los libros con lacitos de distintos colores. Ahora que lo pienso, tengo una copia en casa, y hacerle una foto y ponerla en el blog habría sido más fácil que teclear esta explicación. Oh, well...
Jajajaj muy buena la explicación pero como reza el dicho una imagen vale más que mil palabras. Yo siempre quise una perforadora de esas...otra cosa de los 80 que nunca tendre.
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