Años después de sus peripecias en Roma (narradas en Assassin's Creed: Brotherhood, del que os hablé el año pasado), Ezio viaja a Constantinopla, y los misterios que se encuentra van ligándolo más y más al legado de su antecesor Altair, protagonista del primer Assassin's Creed, y a quien tenemos la oportunidad de volver a ver y manejar en Revelations en distintos momentos de su vida posteriores a los eventos del primer juego. De esta forma, tanto la historia de Ezio como la de Altair llegan a su desenlace final en Revelations, dejando el terreno libre para el tercer protagonista de la serie, que aparece en Assassin's Creed III (al que aún no he jugado, pero tengo en la estantería).
Como ya pasaba en Brotherhood, este juego ofrece una larga e interesante historia central (aunque no tan larga como en su antecesor) con tramas políticas y conjuras templarias, y una miríada de objetivos secundarios, misiones y subtramas para mantener al jugador entretenido durante más de veinte (y treinta) horas. Todas estas aventuras tienen lugar en Constantinopla (excepto por una breve misión en Capadocia) que, como todas las ciudades que hemos visto en juegos anteriores, está reproducida con tanta fidelidad y tanta atención al detalle que resulta imposible no pararse a admirar la ciudad o querer recorrer hasta la última de sus calles. Desde luego, la gente de Ubisoft sabe cómo construir una ciudad y dotarla de vida e interés en cada rincón, y si no me creéis, no tenéis más que daros una vuelta por los distintos barrios de Constantinopla y observar el comportamiento de sus habitantes. (Debo aquí mencionar a los juglares que hacen malabarismos con antorchas por la noche: una gozada.)
La mecánica del juego no sorprenderá a nadie que haya jugado a las anteriores entregas de la saga, aunque Revelations incluye nuevos tipos de saltos y movimientos, nuevas armas, y alguna que otra sorpresa más. Entre las nuevas armas cabe destacar las bombas, que Ezio puede fabricar con distintos materiales para lograr diferentes efectos: nubes tóxicas letales, explosiones paralizantes, cortinas de humo, y simples explosiones que usar como distracción, lo que añade un interesante elemento estratégico a las misiones del avezado asesino.
Los gráficos y la música del juego son extraordinarios, y el amor al detalle, el mimo, y el cuidado que los creadores han puesto en absolutamente todos y cada uno de los aspectos de Revelations es digno de encomio. Solamente las animaciones y la estética del juego son razones suficientes para hacerse con él y pasar varias horas caminando por Constantinopla... o saltando por sus tejados.
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6 comments:
Tiene una pinta increíble, en el aspecto visual y me parece una idea muy buena dejar de hacer puzles imposible para que se pueda disfrutar del juego y no acabar odiándolo como me suele pasar a mi con todo este tipo de juegos. Pero bueno que no hay nada como añadir una selección de dificultad por si alguien se quiere dejar la vida y la paciencia en el intento.
Totalmente de acuerdo... otra vez!
Vaya vida te das con los videojuegos, Fel, qué envidia. Yo llevo casi dos años para pasarme el Majora's Mask.
Particularmente me atraen bastante los sandbox, sobre todo si se desarrollan sobre localizaciones reales e históricas. Quizá algún día en el futuro pueda tener una Xbox y jugar a estos juegos, que por entonces serán ya retro.
Hablando de sandbox, si no lo habéis visto ya, tenéis que ver la review de Conan sobre el nuevo GTA.
He visto reviews del juego, aunque no la suya. Seguiré el enlace en cuanto termine de repasar las entradas...
Mi nuevo crítico de videojuegos favorito.
Muy cachonda la "reseña", jajaja.
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