Curiosamente, justo después de leerme Pride of Baghdad decidí seguir con We3, otra historia protagonizada por animales parlantes que resulta casi tan deprimente como el cuento de los leones del que os hablé hace poco. We3 está escrita por Grant Morrison e ilustrada por Frank Quitely, dos titanes del mundo del comic al que la mayor parte de aficionados adoran y veneran. Como soy raro, debo admitir que nunca había leído nada ni de Morrison ni de Quitely antes de We3, lo que explica que abriera este tomo con tanta emoción como anticipación.
We3 nos presenta a un grupo de científicos que ha perfeccionado unos trajes cibernéticos que convierten a animales normales y corrientes en letales máquinas de guerra, lo que permitirá en el futuro evitar la muerte de miles de soldados gracias al sacrificio de estas criaturas a quienes nadie les ha preguntado si les interesa participar en horribles experimentos que les van a alterar el cerebro y probablemente acaben con sus vidas. Ni qué decir tiene, esto a los humanos no les importa lo más mínimo, así como tampoco parece importarles demasiado que la visita de un agente del gobierno acabe con el cierre del programa. Viendo que se les acaba la subvención, los científicos no tienen más remedio que cumplir con las órdenes de sus superiores, y es por eso que se disponen a eliminar a los tres componentes del proyecto Weapon: un perro, un gato y un conejo que acaban de volver de una misión encubierta para asesinar a un malvado. Pero, ¿he dicho que a nadie parece importarle demasiado el destino de estos animales? Sí hay alguien, sí: la mujer que más tiempo ha pasado con ellos mientras se entrenaban y se sometían al proyecto. Angustiada por tener que ejecutarlos, la científica deja la puerta del laboratorio abierta "accidentalmente", y los tres animales, pertrechados con sus implantes cibernéticos y sus armas escapan. Esto, obviamente, fuerza al gobierno a mandar a un grupo de soldados a acabar con los fugitivos, y es entonces cuando el baño de sangre comienza y no para hasta el final. Los tres animales sólo quieren regresar a su hogar, de donde fueron secuestrados por el gobierno, pero sus implantes los obligan a responder con fuerza letal cada vez que se cruzan con una amenaza; y con la de soldados que tienen tras ellos, ya os podéis imaginar que quietos no se van a estar.
En general, We3 me ha gustado, pero debo decir que ni la historia de Morrison ni las ilustraciones de Quitely me han parecido tan extraordinarias como al resto de los mortales. De hecho, y pese a que el final de We3 es menos deprimente que el de Pride of Baghdad, pienso que no me ha gustado tanto como el comic de Vaughan y Henrichon, con el que no puedo sino compararlo pese a tratarse de historias bien distintas. Aun así, ya os digo que la mayoría dice que es estupendo, así que si os suena interesante, no lo dudéis y echadle un vistazo, que probablemente os guste más que a mí.
6 comments:
Pues suena interesante, pero como seguro que al final matan a los tres animalitos pasara de leer.
Lo malo de hacerte una expectativas tan grandes es que luego nunca se cumplen.
Ya, es lo que pasa...
Y me imaginaba que con lo violenta que es te parecería interesante, jajaja.
No por la violencia en si, si por lo poco que valoramos la vida de los animales y como los utilizamos y luego cuando se vuelven contra nosotros los convertimos en fieras asesinas para justificar matarlos. Esta bien estos comics denuncia
Bueno, vale. Tienes toda la razón :)
Joer, Nash, pedazo de interpretación de la historia del cómic. Como dice Fel, no te falta razón, no.
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