El fin de semana pasado, Crystal y yo fuimos al cine a ver The Witch, una película de miedo que transcurre en Nueva Inglaterra en 1630, al poco de la llegada de los peregrinos británicos que colonizaron el noreste de lo que se convertiría en los Estados Unidos. La historia está protagonizada por una familia que es expulsada de su pueblecito por motivos religiosos, y que se asienta cerca de un oscuro bosque (a quién se le ocurre) y trata de sobrevivir a base de cultivar la tierra y cazar animales. Sin embargo, al poco de establecerse en las cercanías del tétrico bosque, el niño más pequeño de la familia desaparece, y las sospechas recaen en Thomasin (Anya Taylor-Joy), la hermana mayor que lo estaba cuidando. A partir de ahí, las desdichas acosan a la familia, y la acusaciones de brujería y de alternar con el diablo empiezan a cruzarse hasta que nadie sabe qué pensar y nadie se fía de nadie.
The Witch es una película de ritmo lento y pausado en la que realmente no pasa mucho... hasta que todo empieza a pasar de golpe, y es ahí cuando el asunto toma un cariz cada vez más oscuro y las escenas más aterradoras tienen lugar. Dicho eso, en la película apenas hay sangre o violencia explícita, pero el conjunto desprende desasosiego y terror por todas partes. Si queréis pasar una tarde de miedo sin ver tripas ni zombies, The Witch es una opción más que recomendable. ¡Cuatro embrujadas estrellas!
2 comments:
Esta claro que lo de ir a morir a los bosques americanos es una tradición que viene de lejos... seran mendrugos estos ingleses.
JAJAJAJA. Excelente observación, Nash.
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