El segundo juego que me ha tenido entretenido este año es Transformers: Fall of Cybertron, secuela de War for Cybertron, del que os hablé el año pasado. Y si War me gustó, Fall me ha parecido soberbio.
La acción comienza inmediatamente después del final del primer juego, y al igual que aquél, el jugador tiene oportunidad de controlar una gran variedad de Transformers, tanto Autobots como Decepticons, a lo largo de los trece niveles de la campaña. Sin embargo, ahí terminan los parecidos entre los dos juegos, ya que Fall of Cybetron tiene una personalidad propia independiente de su antecesor. Una de las críticas más generalizadas que se hizo al primer juego fue su monotonía, y el equipo de High Moon sin duda escuchó estas quejas, ya que Fall es de lo más variado, y cada nivel es completamente diferente al anterior. A esa variedad de niveles se añade la gran variedad de personajes que el jugador maneja, personajes estos de sobra conocidos por cualquier seguidor de la franquicia: Bumblebee, Optimus, Jazz, Cliffhanger, Vortex, Swindle, Soundwave, Megatron, Starscream, Jetfire... y mi favorito: Grimlock. No sólo eso, sino que en dos ocasiones diferentes el jugador tiene la oportunidad de controlar a Bruticus, el gigantesco Decepticon que resulta de la combinación de los Combaticons. Una gozada, de verdad.
Si a esta variedad de escenarios y personajes añadimos unos gráficos preciosos y preciosistas, una música épica, y acción a raudales, el resultado es un juego divertidísimo que te deja con ganas de más en cuanto te lo terminas. De hecho, confieso que me lo he pasado ya dos veces: una en fácil y otra en normal... y me lo pasaré una tercera en difícil. Y es que no puedo transmitir con palabras lo divertido y envolvente que este juego resulta.
En resumen: no sé si High Moon Studios planea una tercera entrega de la saga de Cybertron, pero espero que así sea, ya que como les salga sólo la mitad de bien que éste, será un juegazo. Así pues, id a jugar a Transformers: Fall of Cybertron, y que no os dé vergüenza que vuestra mujer os sorprenda con una sonrisa bobalicona mientras jugáis con los robotitos. Seguro que comprenderá lo bien que os lo estáis pasando con este gran juego.
4 comments:
jajajaja me alegro que te guste y que comprendan tu sonrisa bobalicona.
Es que a veces debo de poner una cara de tonto...
Jajaja. Yo cara bobalicona no suelo poner, pero Rebeca se cabrea conmigo cuando juego al Mario Kart, porque me pongo de una mala hostia...
Es imposible no enfadarse a veces cuando juegas, jajaja. No hace mucho, estaba jugando a Catherine (del que os hablaré muy pronto), y tuve que apagar la consola para no perder los estribos. ¡Hay que ver lo difícil que era aquel nivel!
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