The Private Eye es un comic escrito por Brian K. Vaughan e ilustrado por el español Marcos Martín que ambos publicaron bajo su sello independiente Panel Syndicate. Lo curioso del proyecto es que los diez capítulos del comic se publicaron en formato digital originalmente, y quien quisiera leerlo podía (y aún puede) descargarlos pagando el precio que mejor le pareciera: un dólar, cinco, o cero. Los creadores dijeron que el comic iba a ser digital exclusivamente, pero al final decidieron recopilarlo en un fantástico tomo de tapa dura de formato apaisado publicado por Image que desde el pasado diciembre reside en mi estantería.
La acción transcurre en el año 2076, varias décadas después de que la Nube de Internet estallara y toda la información personal de los usuarios de la Red lloviera a la tierra cual tormenta de datos. Tras este lamentable suceso, Internet dejó de existir, y la privacidad y la identidad privada pasaron a ser las cosas más importantes y más celosamente guardadas por todo el mundo (lo opuesto de lo que pasa hoy en día, vamos). En este marco conocemos a P.I., un detective sin licencia a quien una mujer contrata poco antes de ser asesinada. Azuzado por la hermana de la víctima, el detective decide investigar y averiguar quién es el responsable de su muerte, y a partir de ahí la acción y los disparos se suceden sin pausa.
The Private Eye me llamó la atención cuando empezó a publicarse debido al guionista, pues Brian K. Vaughan escribe también Saga, la magnífica serie de Image de la que os llevo hablando desde hace varios años. Afortunadamente, The Private Eye me pareció tan entretenida como Saga, ya que resulta dinámica, sorprendente, ingeniosa, y se desarrolla a un ritmo excelente. Las ilustraciones de Marcos Martín, coloreadas por su pareja Muntsa Vicente, me gustaron también, aunque su estilo minimalista me hizo a veces desear una mayor profusión de detalles, más líneas, más información que digerir. Sin embargo, la forma en que narra la acción visualmente y su composición de las distintas escenas me pareció estupenda y acertadísima. Los colores acompañan bien a la acción, aunque me sorprendió que Vicente se decantara por los colores vivos y brillantes que usa en vez de la paleta oscura y apagada que normalmente asocio con historias de género negro, que es lo que The Private Eye es a fin de cuentas. Esta elección presenta el futuro cercano como un lugar vivo y alegre, aunque lo que se nos muestra y cuenta contrasta brutalmente con esta idea, ya que la gente no podría parecer más desalmada y vacía. Una contradicción escogida y ejecutada con toda la intención.
En general, The Private Eye me resultó de lo más entretenido, y me hizo pasar un rato de lo más agradable. Si tenéis la oportunidad de echarle un vistazo (y más fácil no podríais tenerlo, pudiendo pagar lo que os plazca por la versión digital), no lo dudéis y dadle una oportunidad, que bien merece la pena.
2 comments:
Interesante opción seguro que sacan también bastante dinero. A ver si puedo leerlos.
Seguro que sí.
Ya me dirás qué te parece si lo lees :)
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