Hace poco, Crystal y yo terminamos de ver la primera temporada de The Killing, una serie policíaca en la que dos detectives tratan de resolver el asesinato de una joven de Seattle. El personaje principal es Sarah Linden (Mireille Einos), detective a punto de irse a vivir a San Francisco con su prometido, pero que se ve obligada a quedarse en Seattle hasta resolver el caso. Mientras investiga, su jefe le pide que entrene a su reemplazo, el detective Stephen Holder (Joel Kinnaman), un tipo que más bien parece un traficante de drogas que un policía, y con el que no se lleva nada bien. A lo largo de los trece episodios que dura la temporada, la pareja se va conociendo mejor, y a medida que avanza la investigación del asesinato de Rosie Larsen, su relación va cambiando, y el espectador va descubriendo distintos aspectos de su pasado.
La temporada está bastante bien, pero en general me pareció de lo más lenta y no demasiado emocionante. El caso es interesante, y los sospechosos van cambiando de episodio en episodio según se van descubriendo nuevas pistas y nueva información, pero eso es precisamente algo que tampoco acabó de convencerme, ya que cada dos episodios o así se presentaban nuevos personajes o situaciones completamente desconocidas hasta el momento, con lo que tratar de averiguar quién era el culpable antes que los detectives se hizo prácticamente imposible. Por un lado, esto está bien, ya que es difícil predecir cómo van a acabar las cosas; pero por otro, me sentí algo estafado, ya que los productores de la serie querían que jugase con ellos, pero no me daban ni las reglas ni todas las piezas.
Otra cosa que me habría gustado que fuera diferente es que no hay ni un solo personaje -ni uno- que sea feliz o esté contento en la serie: niños, adultos, policías, criminales, políticos... Nadie es feliz por una razón o por otra. A lo mejor es porque llueve en prácticamente todos los episodios, y aunque ya sé que la acción transcurre en Seattle, donde se supone que el tiempo es en general lluvioso, tanta lluvia acaba derrotándote y haciéndote infeliz, quién sabe.
En resumen, esta primera temporada de The Killing está bien, y aunque no me arrepiento de haberla visto, tampoco os la voy a recomendar encarecidamente. De hecho, hace varios meses que terminamos de verla, y ni Crystal ni yo hemos sugerido seguir con la segunda, y eso que el último episodio termina con una sorpresa ciertamente inesperada. Tal vez este verano, cuando tengamos más tiempo y menos cosas que hacer...
4 comments:
Pues ponte con Dare Devil que esta muy bien.
No es mala idea...
Rebeca sí que vio The Killling hace tiempo, y recuerdo que le gustó mucho. Creo que vio incluso antes la serie en la que está basada, que creo que era... sueca o noruega, no me acuerdo.
Y coincido con Nash. Daredevil está de lo más bien. Ganas tengo de ponerme a ver la segunda temporada. En cuanto pueda.
O siempre podéis ver si no la segunda temporada de Unbreakable Kimmy Schmidt, que estará disponible en Netflix dentro de nada. :)
Dentro de nada, sí señor. Y la segunda de Bloodline el mes que viene.
Con respecto a Daredevil, a Crystal no le interesa lo más mínimo, así que dudo que la vea en el futuro cercano. Ya veremos qué pasa...
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