El viernes pasado, Crystal y yo fuimos al cine a ver Krampus, una película dirigida por Michael Dougherty y protagonizada por Adam Scott y Toni Collette cuyo estreno llevábamos varios meses esperando ansiosos.
La historia de Krampus tiene lugar durante las entrañables fechas navideñas que prácticamente tenemos encima. Un par de días antes del veinticinco, Tom y Sarah (Scott y Collette) se preparan para recibir en su casa a la hermana de Sarah, Linda (Allison Tolman, de Fargo), su esposo Howard (David Koechner, de The Office), y el resto de su familia. El problema es que tanto Howard como todos sus vástagos son unos indeseables, y encima se han traído a la tía Dorothy (Conchata Ferrell), que es tan desagradable como el resto del clan. Tanto Tom y Sarah como sus sufridos hijos Max (Emjay Anthony) y Beth (Stefania LaVie Owen) hacen de tripas corazón y tratan de ser amables y comprensivos con sus parientes, pero la imposibilidad de aguantar tanta impertinencia y tanta mala educación lleva al joven Max a rendirse y abandonar el espíritu navideño. Poco se imagina el chaval que, al romper su carta a Papá Noel y lanzarla a los cuatro vientos, está invocando al Krampus, la cruel criatura que vive en la oscuridad de la sombra de Papá Noel, y que pronto hace acto de presencia para transformar esta comedia familiar en una película de miedo.
Krampus mezcla terror y comedia con gran efectividad, y aunque no diría que es una obra maestra del cine, a Crystal y a mí nos hizo pasar un rato fantástico en el cine con sus momentos cómicos y sus estremecedoras criaturas. Tanto el Krampus como los monstruos que lo acompañan en su visita navideña parecen salidos de las más oscuras pesadillas de los artistas que trabajaron en el film, y a Crystal y a mí nos parecieron formidables. Dicha oscuridad impregna toda la película de principio a fin, y crea una atmósfera opresiva y agobiante que, unida a los blancos, azules y grises que la terrible tormenta que azota el vecindario trae consigo, transmite el miedo y el desasosiego de los personajes con gran acierto.
Gracias a su buen ritmo, buenas actuaciones, y mezcla de risas y sustos, Krampus resulta tremendamente entretenida, aunque algo predecible. A Crystal y a mí nos encantó, y sin duda se la recomendamos a todo aquel que quiera ver una película navideña atípica con elfos deformes y ositos de peluche psicopáticos. ¡Cuatro festivas estrellas!
5 comments:
Excelente crítica, Fel. No tengo reparo en decirlo, porque, de no haber oído hablar siquiera antes de esta película, has conseguido que me entren unas ganas tremendas de verla. Entre el familiar reparto y ese tono que dices que tiene, que así descrito me recuerda a las viejas películas de fantasía de los años ochenta, la verdad es que me va a costar esperar. Me la apunto.
Pues no se me había ocurrido, pero es verdad que es exactamente como una de esas películas de los ochenta, pero hecha con los medios actuales. Aunque tampoco es que sea una superproducción, ya que creo haber leído que costó "solo" dieciséis o dieciocho millones. Ya nos dirás qué te parece si la acabas viendo :)
La anterior película del director Trick'r'Treat salió directamente en DVD, y la verdad es que me encantó también cuando la vi hace un par de años. Ahora que lo pienso, tiene varios elementos en común con Krampus: está ambientada en una fiesta popular (Halloween), es de miedo pero con risas, y tiene un regustillo ochentero ciertamente innegable. ¡Me están entrando ganas de verla otra vez!
Jajaja yo sigo pasando de las pelis de terror aunque tenga su parte de comedia.
Pues nada, Fel. Me las apunto. De verdad que me han entrado muchas ganas de ver las dos.
No sé, Nash, pero por lo que ha dicho Fel no me parece que sea precisamente de terror del gordo, ¿no?
No, para nada :)
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