No miedo, sino irritación

Después de haber disfrutado The Evil Within y su primera expansión, The Assignment, decidí descargarme The Consequence, la segunda expansión del juego original que continúa y termina la historia que comenzó en The Assignment, y que transcurre paralelamente a los eventos narrados en el juego principal. Al igual que su antecesora, en esta aventura de unas cuatro horas de duración el jugador controla a Juli Kidman durante las partes en que ésta desaparece de la pantalla en The Evil Within. Como ya os conté, en The Assignment Juli tenía que ir escabulléndose y desplazándose con sigilo para que los enemigos no la vieran y se la merendaran, pero las cosas son algo diferentes en The Consequence. En este juego, Kidman cuenta con un arma la mayor parte del tiempo, y en los momentos en que no la tiene no suele necesitarla, ya que no se topa con ningún enemigo. De hecho, ésta es la norma más que la excepción en esta aventura: Juli anda y anda y anda mientras se van revelando fragmentos relevantes sobre la historia, y luego llega a un lugar donde tiene que enfrentarse a varios enemigos, y muere un montón de veces hasta que logra vencerlos. Ésa fue exactamente mi experiencia jugando a The Consequence: andar y andar y andar sin que pasara nada, y cuando por fin llegaba a la parte de acción, morir y morir y morir hasta que la frustración me hacía estar a punto de lanzar el mando contra la pantalla. Pero al final acababa derrotando a los enemigos, y entonces volvía a andar y andar y andar hasta que llegaba de nuevo el turno de morir y morir y morir hasta echar espumarajos por la boca. O sea, que muy ameno el juego no se me hizo. Perseveré porque soy un cabezota, y porque sabía que el juego era corto, pero sin duda me parece el más flojo de los tres, y es desde luego prescindible. Si en algún momento jugáis, ya me diréis qué os parece, pero a mí ya habéis visto que no me ha impresionado demasiado. Dos estrellas y media, y ya puede darse por satisfecho.