Futuro estéril

The Handmaid's Tale es una serie original de Hulu basada en la celebérrima novela homónima escrita por Margaret Atwood. La acción transcurre en un futuro cercano en el que un grupo de fanáticos religiosos (redundancia al canto) ha transformado los Estados Unidos en un lugar incluso peor de lo que ya lo es en la actualidad, y ha convertido en esclavas a las pocas mujeres fértiles que quedan. Dichas mujeres son asignadas a las casas de los ricos para ser violadas por los hombres (llamados "comandantes") mientras sus esposas miran, con la esperanza de dejarlas embarazadas para poder así quitarles al bebé, dárselo a los ricos, y poder mandar a la sufrida concubina a la próxima casa para empezar el proceso de nuevo.

La trama se centra en Offred (Elisabeth Moss), y en su relación con su comandante (Joseph Fiennes), así como con su esposa (Yvonne Strahovski) y un miembro de los Ojos (Max Minghella), que vienen a ser una mezcla de Inquisidores y fuerzas de "seguridad". A lo largo de los diez episodios de la serie, se muestran flashbacks que retratan cómo sucedió todo, y que también nos enseñan la vida de Offred (cuyo nombre real es June) antes del nuevo régimen, cuando vivía con su marido y su hija, y cómo todo va cambiando poco a poco pero también repentinamente... al igual que está pasando en los Estados Unidos en la actualidad.

La serie está tremendamente escrita e interpretada, y la excelente fotografía transforma cada escena en una pintura bellísima que es imposible dejar de observar y apreciar. La historia, como ya he apuntado, recuerda demasiado a lo que está pasando en la actualidad, lo que imbuye a la serie de un terror casi profético que incomoda y enfurece al mismo tiempo.

Estos diez episodios adaptan la novela completa, pero la serie ha recibido tal acogida que se está preparando una segunda temporada que prolongará las historias de los protagonistas y nos mostrará más de este terrible futuro. Si lo que os he contado os ha parecido interesante, no lo dudéis y echadle un vistazo a la serie, que bien vale la pena. ¡Cinco distópicas estrellas!