Me gusta leer y ver la tele

Wednesday, June 07, 2017

El fin de la humanidad

The Last of Us es otro de esos juegos a los que me hubiera gustado jugar la generación anterior, pero como era un título exclusivo de Sony, me tocó quedarme con las ganas. Ya os podéis imaginar, pues, la sonrisa que se me puso cuando Naughty Dog, el estudio responsable del juego, anunció que iban a lanzar una versión remasterizada para la PlayStation 4. Efectivamente: The Last of Us Remastered se convirtió en otra de las razones por las que esta generación iba a pasarme de Microsoft a Sony, y bien que hice.

El multipremiado y archipopular juego comienza con un prólogo donde conocemos al protagonista, Joel, y a su hija la noche en que el mundo tal y como lo conocemos cambia para siempre: un virus, un contagio, una extraña enfermedad empieza a extenderse con inusitada rapidez, y quienes lo contraen se vuelven locos y atacan a quienes tengan cerca. Joel y su hija se ven obligados a huir de su casa y, acompañados por el hermano del protagonista, tratan de salir de la ciudad. Lamentablemente, cuando están a punto de lograrlo, una bala tristemente certera acaba con la vida de la hija de Joel, dejando al pobre hombre sin saber qué hacer.

Veinte años más tarde nos encontramos con un Joel endurecido y acostumbrado a vivir en el terrible mundo post-apocalíptico en que los Estados Unidos se han convertido. Joel se halla tratando de recuperar unas armas que su grupo necesita, y es aquí cuando una conocida le encomienda la misión que se convierte en la trama central del juego: sacar a la joven Ellie de la ciudad, y llevarla a la base secreta de los Fireflies (una suerte de resistencia) por una serie de razones que no os destripo. A partir de aquí, Joel y Ellie se convierten en compañeros de aventuras, y van conociéndose mejor a lo largo de un viaje plagado de peligros que los lleva a recorrer el continente de este a oeste.

La relación entre Joel y Ellie está soberbiamente desarrollada gracias a unos diálogos magníficos y, sobre todo, al magistral trabajo de los actores de doblaje (Troy Baker y Ashley Johnson, respectivamente). A lo largo de sus aventuras, Joel y Ellie crecen como personajes, y su relación avanza, se transforma, madura, y atrapa al jugador de forma inevitable. Dos personajes que en principio eran unos desconocidos (tanto entre ellos como para el jugador) acaban forjando unos lazos indelebles e inolvidables a través de los peligros a los que se enfrentan, las difíciles decisiones que tienen que tomar, y las veces que tienen que salvarse la vida el uno al otro.

El resto de personajes secundarios que los protagonistas conocen en el largo año que pasan juntos son también excelentes, con personalidad propia y doblados por fantásticos actores, y añaden riqueza y verosimilitud a la historia. A esto también contribuyen unos escenarios cuidadísimos y prolijos en detalle, y una banda sonora tremenda (pero tremenda) que acompaña la acción y la eleva en todo momento.

Las mecánicas del juego combinan escenas de acción en las que hay que finiquitar a los enemigos con  zonas en las que hay que ser sigiloso y tratar de pasar desapercibido para poder conservar las pocas balas que uno se va encontrando por los lugares que visita. Dichos lugares, debo señalar, merecen explorarse, ya que es así como se puede encontrar no sólo munición, sino materiales para crear kits médicos, bombas, y poder mejorar el equipo y habilidades de los protagonistas.

Ya sé que nada de lo que he dicho suena muy original, pero es increíble cómo todos los elementos funcionan en perfecta armonía, y cómo gracias a la historia y los personajes el conjunto pasa de poder haber sido un simple juego más a convertirse en uno de los mejores juegos a los que jamás he jugado.   Pocas veces me he descubierto tan preocupado por los personajes y su destino en un juego como me he encontrado en The Last of Us, y más de una vez me sorprendí pensando que más les valía a los malos no haberle tocado un pelo a Ellie (o a Joel, pues en ciertos momentos del juego se controla a Ellie), porque si no les iba a enseñar lo mucho que se habían equivocado a base de balazos, golpes, y cualquier cosa que tuviese cerca y que me permitiera darles una lección con extrema violencia. Por exagerado que parezca, casi sentía que Joel y Ellie eran personas reales, y no podía dejar que les pasara nada malo.

El juego transcurre a lo largo de un año (comienza en verano y termina en primavera), y completarlo me llevó unas dieciséis o diecisiete horas en las que disfruté cada segundo del mismo. Una vez terminado, me puse con la expansión Left Behind, protagonizada por Ellie, y que nos muestra tanto la vida de la joven antes de conocer a Joel como lo que hace en cierta parte del juego principal de la que no quiero decir nada para no arruinar ninguna sorpresa. Esta mini-avenura se termina en algo menos de tres horas, y resulta tan absorbente y cautivadora como el juego principal.

Podría seguir alabando las virtudes del juego durante horas, pero creo que voy a parar aquí, pues me imagino que ya os habéis hecho una idea de lo mucho que me ha gustado. Eso sí: sabed que The Last of Us es un auténtico juegazo que no deberíais perderos, y que darle cinco estrellas no le hace justicia ni de lejos. Una auténtica obra maestra que jamás olvidaré.

2 comments:

Nash said...

Un juego brutal o eres el primero que lo comenta me alegro que puedas disfrutar de él y espero q de la segunda parte que si non ha salido ya le debe faltar poco

Mario Alba said...

La segunda parte probablemente saldrá el año que viene, con lo que aún queda, pero este juego es tremendo. Tremendo!