Me gusta leer y ver la tele

Wednesday, June 29, 2016

El final de una era

Si el otro día os hablé del final de The Goon, hoy le toca el turno a Witchblade, la longeva serie de Top Cow que llevaba publicándose desde 1995, y que terminó el otoño pasado con el número 185. Al igual que hice con The Goon, en cuanto me enteré de que la serie terminaba, me hice con los dos tomos que me faltaban, y me los leí de un tirón para ver cuál era el desenlace de las aventuras de Sara Pezzini y el guantelete místico.

El penúltimo volumen, Borne Again, vol. 2, escrito por Ron Marz e ilustrado por Laura Braga, recopila los números 175 a 179 y continúa con la trama que se nos presentó en el volumen anterior: Sara Pezzini es la sheriff en un condado de Nueva York, y se dedica a resolver varios crímenes sobrenaturales con la ayuda del Witchblade. Pese a que Marz es probablemente el mejor guionista que la serie ha tenido, este tomo, pese a no estar mal, no es nada del otro mundo. Por otro lado, las ilustraciones de Braga, como ya dije al escribir sobre el volumen anterior, son competentes y me gustaron bastante, pero el coloreado de Betsy Gonia no acabó de convencerme.

El último tomo, Borne Again, vol. 3, recopila los números 180 a 185, y eso es lo más objetivo que puedo decir sobre el volumen. El guión corre a cargo de varios autores, con Marz escribiendo tan solo tres de los episodios (182 a 184), David Hine a cargo de los números 180 y 181, y Matt Hawkins escribiendo el 185. Los dos primeros cuentan la historia de cómo Sara termina matando a su eterna némesis, Jackie Estacado (The Darkness), los tres siguientes presentan el conflicto entre Sara y una vieja malvada de nombre Amaryllis; y el último narra la decisión final de Sara de deshacerse del Witchblade de una vez por todas, y lo que pasa entonces (que nos voy a destripar, obviamente).

Si os preguntáis por qué os he detallado cada uno de los tres mini arcos argumentales, es porque me sorprendió bastante que la serie no terminara con una historia épica en cinco o seis partes, sino que se presentaran tramas irrelevantes que bien podrían haberse narrado hace años. Pese a que sé que no sucedió así, casi da la impresión de que decidieran cancelar la serie sin previo aviso, y tuvieran que atar cabos en un par de números. Que ya sé que no fue así, pero lo parece.

Y luego tenemos las ilustraciones. Ah, las ilustraciones. Está claro que cada uno tiene sus gustos y preferencias particulares, y le gustan unos estilos y le desagradan otros. Para empezar, y esto es una manía mía, no me gusta cuando hay múltiples dibujantes en un tomo, y en este caso la situación se agrava al tener múltiples artistas en el último número de la serie. Así, los números 180 a 184 los dibujan Gabriel Rearte, Maan House, y Francesco Manna, y el 185 lo ilustran nada menos que siete artistas: Abhishek Malsuni, Michael Turner, Stjepan Sejic, Linda Sejic, Isaac Goodhart, Phillip Sevy, y Nelson Blake II. Y de estos diez artistas, la verdad es que sólo me han gustado las páginas del difunto Michael Turner, que están sacadas del legendario número 1 de la serie, y las dos de Nelson Blake II. Las de los Sejic no están mal, y las de Malsuni se dejan ver. Las demás... digamos que prefiero otros estilos artísticos.

O sea, que como ya os habréis podido imaginar, la recta final de mi querida Witchblade me ha dejado más bien frío, pero el raro debo de ser yo, pues las citas y reseñas incluidas al dorso del volumen muestran satisfacción y entusiasmo por doquier. A mí, personalmente, me ha decepcionado bastante, y aunque la historia termina, en mi opinión, como debería, la historia a lo largo del tomo me resultó inconexa y, en general, carente de interés. Pero al menos la he leído y sé cómo acaba todo tras veinte años de peripecias y aventuras. Ahora habrá que esperar a la inevitable reinvención del personaje y relanzamiento de la serie, pero hasta que ese momento llegue, podemos descansar y pensar en cómo han terminado las cosas para Sara Pezzini, la portadora del Witchblade que tan buenos ratos nos ha hecho pasar durante las dos últimas décadas. ¡Ya querrían muchos comics durar tanto!

2 comments:

Nash said...

Coincido que si va ser el final de una serie después de tantos años debería haber hecho algo más épico que deje a los lectores un gran recuerdo.

Mario Alba said...

Pues eso. Un final decepcionante, pero bueno.