Casi dos años después de leerme el octavo volumen de la serie, por fin he tenido ocasión de disfrutar el noveno tomo de Empowered, la hilarante serie escrita y dibujada por el gran Adam Warren. En esta ocasión, la buena de Emp se enfrenta a las acusaciones de los otros superhéroes de su grupo, que no se creen lo que la joven les dice pasó en el volumen anterior. (Básicamente, ella sola tuvo que derrotar al villano de turno, y como Emp es conocida precisamente por no ser una superheroína especialmente competente, y dado que no tiene pruebas de sus afirmaciones, nadie se cree que por una vez la joven les sacara las castañas del fuego a los demás.) Así pues, un tribunal compuesto por varios superhéroes de lo más estrafalario la juzga y la condena a ser congelada para que el conocimiento que posee de cierto asteroide super secreto no pueda ser usado por ningún supervillano. Pero las cosas se tuercen de camino a la prisión, y Emp acaba enfrentándose a una larguísima lista de villanos a los que tiene que derrotar usando su ingenio y no sus superpoderes.
Como siempre, las ilustraciones de Adam Warren me resultaron colosales, con escenas de acción increíblemente dinámicas, diseño de personajes que parece a la vez completamente improvisado y meditado concienzudamente hasta el último detalle -suena contradictorio, lo sé, pero es la impresión que da, y me encanta-, y expresiones faciales y lenguaje corporal que resultan tan acertados como divertidos. En lo que a la historia se refiere, la trama está dividida en tres capítulos y, como siempre, Warren hace encajar las partes de forma sorprendente pero impecable, y lo hace con humor, sátira, crítica social, y grandes dosis de la metatextualidad que siempre me gusta. Y eso por no hablar de los siempre geniales diálogos y la ridícula riqueza léxica que Warren demuestra.
Empowered es, en mi opinión, un ejemplo del cómic perfecto, pues tanto la historia como los diálogos y las ilustraciones me parecen sobresalientes. Tal vez sea porque hacía tiempo que no leía la serie, pero este noveno volumen en particular me ha parecido uno de los mejores hasta la fecha, y me ha dejado con ganas de más. Desafortunadamente, Adam Warren sólo publica un volumen aproximadamente cada año y medio -lo que no es de extrañar, dada la increíble cantidad de detalle que incluye en todas y cada una de las viñetas-, con lo que me va a tocar esperar más de lo que me gustaría. Una buena excusa, ahora que lo pienso, para releer la serie mientras espero. ¡Cinco soberbias estrellas!
2 comments:
Suena realmente bien y para mi el cómic es de las cosas más complicadas de hacer ya que como dices no sólo tienes q tener una buena historia tienes que tener un buen dibujante y que los dibujos encajen con la historia es de los medios más completos para transmitir historias
Exacto. Encontrar ese equilibrio siempre es difícil, pero Adam Warren es un maestro. Un maestro!
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