El otro día vi
Gantz: O, una película japonesa de animación foto-realista disponible en Netflix que habían recomendado en el podcast
11 O'Clock Comics. Tras verla, estuve leyendo sobre el universo en que transcurre, y resulta que está basada en una serie de manga que ha sido adaptada a serie de animación tradicional para la televisión (dos temporadas), a dos películas de acción con actores de carne y hueso, y ahora a esta película de animación por ordenador. Y si os digo todo esto ahora es para que sepáis que, aunque
Gantz: O forma parte de un universo más amplio, no necesitáis saber nada de nada para disfrutar de la película, que es lo que hice yo.
Al comienzo del filme asistimos al asesinato del protagonista, el joven Kato, en una estación de tren. Inmediatamente después, Kato recobra la consciencia y descubre que se halla en un apartamento en Tokyo con cuatro personas que no ha visto en su vida, y con un misterioso orbe negro que reposa sobre el suelo al otro lado de la habitación. Dicho orbe es Gantz, y es el responsable de la trama, que se va desvelando poco a poco pero que os resumo mínimamente para ver si os resulta interesante. Básicamente, Gantz recluta y resucita personas muertas para luchar contra unos monstruos abominables que se dedican a destruir Japón noche sí y noche también. Para hacerles frente, Gantz les proporciona a sus tropas armas espectaculares y trajes que les confieren agilidad, fuerza y resistencia sobrehumanas. Porque, claro, no es cuestión de salir a partirse la cara con monstruos sobrenaturales vistiendo bermudas y chancletas.
El grupo tiene dos horas para acabar con los monstruos, o para acabar siendo la cena de los mismos, dependiendo de su habilidad. Por cada monstruo que eliminan, los miembros del grupo ganan puntos, y luego esos puntos pueden ser canjeados por distintas recompensas: mejores armas, resucitar a un compañero caído, etcétera. Pero para canjear dichos puntos, tienen que sobrevivir las dos horas. O sea: que un puñado de muertos son resucitados y puestos en un videojuego, excepto por el hecho de que los monstruos son reales, y las consecuencias del juego son letales. ¿Suena interesante?
La acción en
Gantz: O es espectacular, y la animación, prodigiosa. Los trajes y las armas de los personajes están brillantemente diseñados, y las calles de Osaka (esto explica la O del título) donde transcurre la acción rebosan detalles y realismo. Pero lo mejor de todo son los monstruos a los que los protagonistas se enfrentan. No sé mucho de mitología japonesa, pero las criaturas parecen salidas del folclore japonés, y son increíbles: enormes cabezas rodantes, demonios alados de piel roja, masas adiposas que amenazan con devorar a quien se despiste, monstruos con cuernos y astas hasta en el carnet de identidad... Un derroche visual al que no le puedo hacer justicia con mis palabras.
Algunas de las interacciones entre los personajes y algunas de las cosas que pasan resultan más que tópicas y previsibles, y aunque esto me molestó un poco por manido y por innecesario, la película en general es tan entretenida y está tan bien hecha, que decidí dejarlo pasar. A fin de cuentas, es lo que tiene el anime: sus tópicos y su forma de hacer las cosas poco suelen variar, con lo que uno generalmente sabe qué esperar.
En resumen,
Gantz: O es una película entretenidísima y de factura técnica impecable que se ve en un suspiro (dura hora y media) y se disfruta un montón. Si queréis ver monstruos, armas futuristas, y acción a raudales, no lo dudéis y echadle un vistazo, que seguro que os gusta. ¡Cuatro monstruosas estrellas!