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Monday, September 06, 2010

La última victoria

Como siempre, el gran general se ha vuelto a imponer en las tierras del norte. Esta vez las batallas no fueron muy cruentas (para los elfos oscuros, claro), pero sus enemigos fueron aniquilados completamente.

En la primera de las batallas, un ejército de guerreros del caos compuesto por dos unidades de infantería pesada, con sus enormes escudos y sus afiladas hachas, ocuparon el centro de la línea de combate. En los flancos se desplegaron un gigante y una unidad de guerreros bárbaros con sus temibles mayales. Como unidad aniquiladora, una temible caballería pesada del caos, que aplastaría a todo aquello que se quedase trabado en combate. Pero este ejército no está pensado para combatir a escurridizos elfos oscuros, que no paran de disparar y esconderse, retroceder cuando les persiguen y, en el momento justo, cargar con toda su furia. La hidra, la caballería pesada y el carro de guerra pasaron a cuchillo a las unidades de infantería cuando las saetas las habían debilitado considerablemente; el resto fue coser y cantar.

En la segunda batalla, los demonios fueron los enemigos elegidos para enfrentarse a los elfos oscuros. Las criaturas infernales tenían potencia mágica suficiente para desintegrar casi a cualquier ejército, y les acompañaba un devorador de almas, a quien nada puede parar en combate cuerpo a cuerpo. Sin embargo, el pobre desdichado tuvo la osadía de plantarse delante de todas las unidades de disparo del ejército, y aunque las ballestas no son muy potentes, con su tremendo número cubrieron el cielo hasta que la enorme bestia murió. Después de eso, todos salieron a la carga para terminar con los viles demonios lanza conjuros, pero con pésimo ataque cuerpo a cuerpo. Las caballerías ligeras se lanzaron a por los flancos de las unidades liderados por los nobles elfos, mientras que la hidra de guerra y la caballería pesada atacaron de frente.

Como resultado, otra masacre sin apenas bajas entre los elfos oscuros.

La tercera y decisiva batalla fue contra los odiados altos elfos. Un príncipe montado a lomos de un dragón estelar dirigía a dos unidades de caballería de dragoneros, un carro tirado por leones de Cracia, un lanzavirotes, dos unidades de lanceros, una de maestros de la espada y otra de Leones de Cracia, temibles combatientes que portan hachas a dos manos capaces de atravesar cualquier armadura. Este combate fue un poco más duro que el resto, pero la estrategia de ofrecer al dragón estelar unidades “prescindibles” mientras destruían al resto de su ejército funcionó a la perfección.

La caballería elfa oscura demostró por qué es tan buena arrasando a las infanterías de lanceros. Las sobras no consiguieron hacer mucho esta vez, pero el asesino cazó al dragón y dejó muy tocado al carro de leones, y los héroes terminaron con el resto del ejército enemigo.

Así que, ¡otro trofeo para la sala de guerra!

2 comments:

Mario Alba said...

La verdad es que estos combates cruentísimos suenan de lo más apasionante. Y me parto con eso de "ofrecer unidades prescindibles," hahaha. Tendré que verte jugar algún día :)

Nash said...

Es una putada decirlo pero asi son las cosas, como en el ajedrez, para cazar al bicho gordo tienes que darle de comer unidades que no tenga mucho valor, o si, hay veces que sacricas una unidad cara por otra que le da al ejercito rival mucha movilidad como el gran dragon. Un dia de estos si no me vuelvo a dejar la camara hare fotos de cada turno para que se entienda mejor