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El otro día, mi querida esposa y yo fuimos a ver
The Hangover Part II. Como soy no sólo de lo más avispado sino consciente del papel que las expectativas suelen jugar cuando vamos a ver una película, entré en la sala preparado para lo peor. O no para lo peor, pero sí para una comedia menos graciosa, inventiva y original que su hilarante predecesora. Sin embargo, y como las comparaciones son odiosas, voy a deciros qué me pareció esta secuela sin tener en cuenta que se trata de eso precisamente.
The Hangover 2 es una comedia que, en general, me resultó bastante aburrida y larga hasta parecer interminable. La culpa de esto la tiene probablemente una historia que no es muy interesante, y una serie de chistes y situaciones que los guionistas obviamente quieren que sean graciosas, pero que realmente no lo son. Creo que reí en voz alta dos veces, y unas cinco por lo bajo. Por lo demás, cada vez que una supuesta gracia hacía acto de presencia, en vez de reírme me encontré a mí mismo pensando "Ah, mira: un chiste para que la gente se ría."
Por supuesto, por más que intente no comparar ambas películas, es imposible olvidar lo divertida y sorprendente que la primera Hangover es, pero esta resacosa secuela se hunde por deméritos propios, porque no es que sea menos graciosa que su predecesora: es que no lo es en absoluto.