Aquí os dejo la última lista de 2013. Dado que este año sólo he ido al cine a ver ocho películas (triste, lo sé), he decidido poner sólo cinco en mi Top Five (que, obviamente, se habría llamado de otra manera de haber habido más). Ahí va eso:
Iron Man 3
¿La mejor película de l trilogía? Es posible, es posible. Podéis leer mis comentarios originales aquí.
The Conjuring
Una estupenda película de miedo que no os debéis perder. Podéis leer mis comentarios originales aquí.
The World's End
Divertida a más no poder, Edgar Wright demuestra que está en plena forma, y Simon Pegg es uno de los cómicos actuales que más me hace reír. Podéis leer mis comentarios originales aquí.
Insidious 2
Inteligente y muy bien hecha, me gustó tanto como la original. Podéis leer mis comentarios originales aquí.
World War Z
Intensa e interesante, sin duda me gustó mucho más que el libro en que está basada. Podéis leer mis comentarios originales aquí.
Las tres que no he puesto (Evil Dead, Mama y You're Next) me gustaron también, pero como sólo podía poner cinco, se han tenido que quedar fuera. Espero poder ir al cine con más frecuencia el año que viene, y que vosotros hagáis lo propio. Y, por supuesto, si os apetece dejarnos vuestras listas de películas favoritas, no lo dudéis y compartidlas con nosotros.
Tuesday, December 31, 2013
Monday, December 30, 2013
El retorno de Nanamine
¿Qué mejor forma de terminar el año que con el decimoséptimo volumen de Bakuman, la magnífica serie de Tsugumi Ohba y Takeshi Obata? Hace cinco meses que me leí el tomo anterior, pero como siempre me pasa con esta serie, lo recordaba absolutamente todo. Esto no deja de sorprenderme, ya que normalmente no suelo recordar siquiera lo que pasa en un cómic de un mes al otro, pero con Bakuman siempre recuerdo cómo acabaron las cosas en el volumen anterior sin importar cuánto tiempo haya pasado entre la lectura de un tomo y el siguiente. Será, probablemente, porque es una serie extraordinaria, pero como siempre digo lo mismo cada vez que saco el tema, mejor os lo ahorro esta vez.
En esta entrega, Mashiro y Takagi descubren la verdad tras la reaparición de varios artistas de manga de la tercera edad, y hacen todo lo posible por ayudar a alguno de ellos (como el entrañable Mr. Azuma) y derrotar a su nuevo (o no tan nuevo) rival, el notorio Tohru Nanamine. La mayor parte del tomo se centra en esta batalla, con lo que la aparición de secundarios como Nizuma o Fukuda es más bien limitada. Sin embargo, hacia el final del libro, se revelan tanto la nueva serie de Nizuma como la de Muto Ashirogi (el pseudónimo que usan Mashiro y Takagi), y todo apunta a que el desenlace de este duelo supondrá el final de la serie, a la que le quedan tan solo tres volúmenes para terminar. ¡Como sean tan fantásticos como este volumen 17, no sé si me va a quedar aliento para escribir las reseñas correspondientes!
En esta entrega, Mashiro y Takagi descubren la verdad tras la reaparición de varios artistas de manga de la tercera edad, y hacen todo lo posible por ayudar a alguno de ellos (como el entrañable Mr. Azuma) y derrotar a su nuevo (o no tan nuevo) rival, el notorio Tohru Nanamine. La mayor parte del tomo se centra en esta batalla, con lo que la aparición de secundarios como Nizuma o Fukuda es más bien limitada. Sin embargo, hacia el final del libro, se revelan tanto la nueva serie de Nizuma como la de Muto Ashirogi (el pseudónimo que usan Mashiro y Takagi), y todo apunta a que el desenlace de este duelo supondrá el final de la serie, a la que le quedan tan solo tres volúmenes para terminar. ¡Como sean tan fantásticos como este volumen 17, no sé si me va a quedar aliento para escribir las reseñas correspondientes!
Sunday, December 29, 2013
De niños y tigres
Gracias a Nash, por fin he podido disfrutar de las aventuras de Calvin & Hobbes, escritas y dibujadas por Bill Watterson. Nuestro querido co-blogueador, sabiendo que nunca había leído nada del famoso duo, tuvo a bien mandarme The Days Are Just Packed, una colección de tiras cómicas que recoge tanto páginas en color como las clásicas tiras en blanco y negro.
Como probablemente soy la última persona del planeta en leer Calvin & Hobbes, no hará falta que os diga que las tiras siempre te hacen sonreír o reírte a mandíbula batiente, y que el ingenio de Watterson parece no tener fin, tanto a la hora de presentar situaciones e ideas tan graciosas como profundas, como en la forma que tiene de plasmarlas en la página. Esto resulta especialmente obvio en el lenguaje corporal de los personajes y en la manera en que el artista usa el espacio en las viñetas tanto para mostrar movimiento como para dar variedad a las tiras para que no resulten uniformes o repetitivas. Y eso por no hablar de la maestría con que Watterson resume lo que ha pasado en tiras anteriores para que cada una pueda leerse independientemente de las que la preceden incluso cuando se trata de una historia larga que se extiende a lo largo de varias tiras. ¡Un genio es lo que es!
En resumen: que me lo he pasado en grande leyendo el libro, y que no puedo sino darle las gracias de nuevo a nuestro Nash favorito. ¡Sin duda, un regalo excelente!
Como probablemente soy la última persona del planeta en leer Calvin & Hobbes, no hará falta que os diga que las tiras siempre te hacen sonreír o reírte a mandíbula batiente, y que el ingenio de Watterson parece no tener fin, tanto a la hora de presentar situaciones e ideas tan graciosas como profundas, como en la forma que tiene de plasmarlas en la página. Esto resulta especialmente obvio en el lenguaje corporal de los personajes y en la manera en que el artista usa el espacio en las viñetas tanto para mostrar movimiento como para dar variedad a las tiras para que no resulten uniformes o repetitivas. Y eso por no hablar de la maestría con que Watterson resume lo que ha pasado en tiras anteriores para que cada una pueda leerse independientemente de las que la preceden incluso cuando se trata de una historia larga que se extiende a lo largo de varias tiras. ¡Un genio es lo que es!
En resumen: que me lo he pasado en grande leyendo el libro, y que no puedo sino darle las gracias de nuevo a nuestro Nash favorito. ¡Sin duda, un regalo excelente!
Friday, December 27, 2013
Empezar empieza bien
Pero luego la cosa degenera en combates, explosiones, más combates y más explosiones, todas ellas bastante genéricas e intercambiables. Una lástima, porque el planteamiento de Elysium es interesante, y el comentario social acertado y comprometido. Y lo siento mucho, pero el exoesqueleto que le ponen a Matt Damon es ridículo, lamentable, y una tragedia del diseño. En definitiva: una película que se deja ver, pero que cansa y aburre y te hace pensar en las oportunidades perdidas. En fin.
Wednesday, December 25, 2013
Aventuras en Asia
Aquí tenéis el tradicional dibujo que he hecho para mi querida esposa estas Navidades. Obviamente, mucho espíritu navideño no es que tenga, pero no es la primera vez que el dibujo en cuestión no está relacionado con la fecha en la que lo hago necesariamente. Y no: no hemos ido a China ni tenemos pensado ir pronto, aunque nos encantaría.
¡Feliz Navidad a todos!
¡Feliz Navidad a todos!
Tuesday, December 24, 2013
Revolución con violín
Como a nuestro querido Finn le gusta tanto el juego y una de las pocas cosas que no ha comentado en su extenso post es su banda sonora, os pongo aquí una versión de Lindsey Stirling y su violín.
Espero que os guste tanto como a mí.
Monday, December 23, 2013
Viva la revolución
El sexto juego que me ha tenido entretenido este año ha sido Assassin's Creed III, quinta entrega de la exitosa serie de Ubisoft. Como los seguidores de la saga bien saben, cada nuevo número detrás del título supone un cambio de período histórico y de asesino protagonista, y esta vez la acción tiene lugar en un escenario interesantísimo: la guerra de independencia americana. El juego empieza varios años antes de la guerra y termina varios años después (de 1753 a 1783), pero el conflicto entre los colonos y los soldados británicos es la parte central de los eventos que se narran.
El protagonista de este nuevo capítulo de la saga es Connor, un joven nacido de padre inglés y madre mohicana que empieza tratando de proteger las tierras de su tribu y termina luchando junto al ejército colonial contra los soldados británicos. Ni qué decir tiene, la historia es mucho más compleja, pero no quiero destripar más de lo estrictamente necesario.
La estructura de Assassin's Creed III es similar a la de las anteriores entregas. Así pues, Ubisoft nos ofrece un mundo abierto con decenas de misiones opcionales, objetivos secundarios, objetos que coleccionar, lugares que explorar, y un sinfín de tareas para tener al jugador entretenido durante decenas de horas. Al mismo tiempo, la historia principal es también larga y jugosa, y terminarla sin distraerse con la miríada de objetivos opcionales requiere también horas y más horas. Para que os hagáis una idea, el menú principal dice que he invertido casi treinta horas de mi vida en el juego, pero "sólo" he completado el 80% de todo lo que puedo hacer en este enorme mundo. Sin embargo, como he terminado la historia principal y todas las misiones secundarias que parecían interesantes, no creo que vaya a tratar de completar el 20% que me queda.
La mayor parte de ese 20% restante son las famosas misiones navales. Antes de empezar Assassin's Creed III había leído críticas sobre el juego de lo más variadas y encontradas. Por un lado, estaban los que decían que el juego era fantástico. Por otro, los que lamentaban que éste fuera sin lugar a dudas el peor juego de la serie, y con diferencia. Sin embargo, en lo que todos parecían coincidir era en que las misiones navales eran lo más original del juego y sin duda la mejor parte. Y qué queréis que os diga: que tal y como me veía venir, a mí los barquitos, ni fu ni fa. Normalmente, suelo evitar los juegos de carreras o de conducción, y precisamente estas misiones navales te ponen al timón de un buque enorme y te exigen no sólo que maniobres entre riscos y bajos, sino que hundas al enemigo a cañonazos en infinidad de ocasiones. La sensación de controlar el barco está muy lograda, y tanto cañonear a los enemigos como ponerse a cubierto o abordar el navío más cercano resulta sencillo de comprender y de ejecutar (no tanto de acertar, ya que el maldito viento es un factor a tener muy en cuenta), así que la culpa es mía y no del juego. Si se me pide que dispare, vale. Si me dicen que tengo que conducir, las cosas ya no van tan bien; y si me piden que conduzca y dispare al mismo tiempo, y que además no me estrelle contra el acantilado ni me encalle en los bajos o que no le haga agujeros al casco de mi embarcación con esas rocas traicioneras que las olas habían ocultado unos segundos antes, pues entonces todo se va al garete y mi pobre barco naufraga sin darme tiempo ni a parpadear. Dicho eso, alguien más ducho que yo en el arte de controlar vehículos virtuales seguro que se lo pasaría en grande con estas misiones navales, y de ahí es de donde vienen todas las alabanzas que he leído en la red. Personalmente, conozco mis limitaciones, y pese a que le puse empeño y entusiasmo, tras completar las misiones obligatorias y forzarme a mí mismo a pasarme un par de las opcionales, decidí que ya había tenido suficientes peripecias marinas y no necesitaba más.
Afortunadamente, el resto del juego transcurre en tierra firme, y eso sí que es una gozada. Cada Assassin's Creed se reinventa a sí mismo para no resultar cansino o repetitivo para los que hemos seguido la serie desde el principio, y este Assassin's Creed III tiene muchos elementos originales (además del tema marítimo, claro). Por un lado, gran parte del juego transcurre en el bosque, con lo que Connor va saltando de rama en rama o cazando todos los animales que le apetezca cazar, ya sea con su espada, con su pistola (que tarda una eternidad en recargar, tal y como sucedía en la época), o con una de mis dos armas favoritas: el arco y el tomahawk. Debo decir que no pasé demasiado tiempo cazando, ya que no me interesaba matar y desollar animales para venderlos en las tiendas, y los pocos animales que maté encontraron su fin porque me atacaron a mí primero (la de veces que se me merendaron osos, lobos y hasta un alce), pero tanto el bosque como sus habitantes están hechos con gran realismo y atención al detalle, y vale la pena pasar tiempo observándolos y admirándolos.
En lo que a las partes del juego que transcurren en áreas civilizadas se refiere, son dos las ciudades que Connor puede explorar en Assassin's Creed III: Boston y Nueva York. Aunque ninguno de estos emplazamientos me resultó tan hermoso o fascinante como las ciudades en juegos anteriores, ambas son extensísimas y con centenares de casas y calles que explorar y escalar. Es en estas ciudades también donde transcurre la mayor parte de los enfrentamientos entre Connor y los odiados enemigos británicos, y ésta es probablemente la parte del juego que más me sorprendió. En entregas anteriores de la serie, el combate es algo que siempre traté de evitar tanto como me fuera posible, ya que la cantidad de armas y combinaciones de botones y gatillos me abrumaba. En Assassin's Creed III el combate ha sido simplificado para ineptos como yo, y la verdad es que es una gozada. En vez de tener que apretar cuarenta botones y combinarlos con el gatillo correspondiente, ahora hay un botón para bloquear embestidas, uno para desarmar al rival, y otro para atacar: fantástico, ¿no? Además, usar el tomahawk en este tipo de encuentros es lo mejor que puedes hacer, ya que Connor se puede mover con gran rapidez de un enemigo al siguiente, y enzarzarte en combate cuerpo a cuerpo cuando estás rodeado por doce soldados británicos y cepillártelos uno tras otro a hachazo limpio es una experiencia increíblemente gratificante que me hizo buscar un grupo de enemigos tras otro para poder pintar los adoquines de las calles con el rojo de la sangre derramada por los ingleses. ¿Bárbaro, decís? Eso es porque no habéis experimentado los placeres de hallarse metido de hoz y coz en uno de estos enfrentamientos y acabar con todos tus oponentes a golpe de tomahawk. ¡Una experiencia tonificante!
Otra parte de Assassin's Creed III que también me ha sorprendido gratamente es la parte del juego que transcurre en el presente. Como bien saben los seguidores de la serie, los distintos asesinos de los períodos históricos de los juegos de la saga son todos antepasados de Desmond Miles, el personaje que, en el presente, puede acceder a sus memorias y recuerdos a través del Animus, una máquina creada para tal propósito. En juegos anteriores, las escenas con Desmond me resultaron bastante sosas y carentes de interés, pero sus misiones en Assassin's Creed III me han gustado mucho más, aunque alguna vez resultara confuso saber hacia dónde había que dirigirse o qué había que hacer exactamente. Además, toda la trama de ciencia ficción sobre el fin del mundo en el año 2012 que se había ido desvelando a lo largo de la serie llega a su interesante desenlace en este juego, pero no os cuento nada para no estropear ninguna sorpresa.
Como siempre, la música, los gráficos y la animación son soberbios, aunque debo decir que tuve que sufrir algún que otro glitch como nunca antes me había sucedido en un juego de esta serie. La historia, como ya mencioné hace varios párrafos, es interesante, aunque algunas misiones (como la cárcel) resultan aburridas y anodinas. Por el contrario, otras misiones y partes de la trama son absorbentes y cinemáticas, y las secuencias en las que el decorado se desploma a tu alrededor mientras tratas de alcanzar la siguiente repisa o el siguiente mástil para no morir sepultado por los escombros son intensísimas y visualmente estelares. Eso sí: no puedo sino señalar un par de oportunidades desperdiciadas, como cuando Connor conoce a su padre. Ese momento debería haber sido impactante y sorprendente, y sin embargo ambos actúan como si se conocieran de toda la vida. Y eso por no hablar de un error de continuidad bastante tremendo que me dejó pasmado. Como ya he señalado al principio de esta reseña, nuestro protagonista es medio indio y medio inglés, pero como se cría con su madre, su nombre real es Ratonhnhaké:ton, y el nombre "Connor" se lo da su mentor (que no es indio) años más tarde cuando ambos se conocen. Bien, pues muchos años antes de recibir el nombre de "Connor", cuando está en su poblado, su mejor amigo se dirige a él como Connor en una escena determinada, pese a que el bueno de Ratonhnhaké:ton aún no ha recibido tal nombre. Curioso, ¿no?
Finalmente, y pese a que Assassin's Creed III no es un juego muy difícil, creo que, en general, no es tan fácil como Revelations, cuya inexistente dificultad ya lamenté hace varios meses. De hecho, hubo tres o cuatro ocasiones (Broken Trust, te estoy mirando a ti) en las que la dificultad me hizo gritar, maldecir y echar espumarajos por la boca, pero persistí y acabé venciendo los obstáculos que se me presentaban. Y las misiones navales mejor las obviamos.
En conclusión, Assassin's Creed III es un juego excelente que, sin ser mi favorito de la serie, no es ni muchísimo menos el traspiés que tantas personas lo acusan de ser. Si sois seguidores de la serie y aún no habéis conocido a Connor, no escuchéis a los que dicen que este juego es una porquería, porque nada podría estar más lejos de la realidad: Assassin's Creed III no es el juego más espectacular de la saga (excepto por algunos momentos que son puro genio), pero bien se merece las treinta horas que le he echado. Si tenéis la oportunidad de jugad, aprovechadla.
El protagonista de este nuevo capítulo de la saga es Connor, un joven nacido de padre inglés y madre mohicana que empieza tratando de proteger las tierras de su tribu y termina luchando junto al ejército colonial contra los soldados británicos. Ni qué decir tiene, la historia es mucho más compleja, pero no quiero destripar más de lo estrictamente necesario.
La estructura de Assassin's Creed III es similar a la de las anteriores entregas. Así pues, Ubisoft nos ofrece un mundo abierto con decenas de misiones opcionales, objetivos secundarios, objetos que coleccionar, lugares que explorar, y un sinfín de tareas para tener al jugador entretenido durante decenas de horas. Al mismo tiempo, la historia principal es también larga y jugosa, y terminarla sin distraerse con la miríada de objetivos opcionales requiere también horas y más horas. Para que os hagáis una idea, el menú principal dice que he invertido casi treinta horas de mi vida en el juego, pero "sólo" he completado el 80% de todo lo que puedo hacer en este enorme mundo. Sin embargo, como he terminado la historia principal y todas las misiones secundarias que parecían interesantes, no creo que vaya a tratar de completar el 20% que me queda.
La mayor parte de ese 20% restante son las famosas misiones navales. Antes de empezar Assassin's Creed III había leído críticas sobre el juego de lo más variadas y encontradas. Por un lado, estaban los que decían que el juego era fantástico. Por otro, los que lamentaban que éste fuera sin lugar a dudas el peor juego de la serie, y con diferencia. Sin embargo, en lo que todos parecían coincidir era en que las misiones navales eran lo más original del juego y sin duda la mejor parte. Y qué queréis que os diga: que tal y como me veía venir, a mí los barquitos, ni fu ni fa. Normalmente, suelo evitar los juegos de carreras o de conducción, y precisamente estas misiones navales te ponen al timón de un buque enorme y te exigen no sólo que maniobres entre riscos y bajos, sino que hundas al enemigo a cañonazos en infinidad de ocasiones. La sensación de controlar el barco está muy lograda, y tanto cañonear a los enemigos como ponerse a cubierto o abordar el navío más cercano resulta sencillo de comprender y de ejecutar (no tanto de acertar, ya que el maldito viento es un factor a tener muy en cuenta), así que la culpa es mía y no del juego. Si se me pide que dispare, vale. Si me dicen que tengo que conducir, las cosas ya no van tan bien; y si me piden que conduzca y dispare al mismo tiempo, y que además no me estrelle contra el acantilado ni me encalle en los bajos o que no le haga agujeros al casco de mi embarcación con esas rocas traicioneras que las olas habían ocultado unos segundos antes, pues entonces todo se va al garete y mi pobre barco naufraga sin darme tiempo ni a parpadear. Dicho eso, alguien más ducho que yo en el arte de controlar vehículos virtuales seguro que se lo pasaría en grande con estas misiones navales, y de ahí es de donde vienen todas las alabanzas que he leído en la red. Personalmente, conozco mis limitaciones, y pese a que le puse empeño y entusiasmo, tras completar las misiones obligatorias y forzarme a mí mismo a pasarme un par de las opcionales, decidí que ya había tenido suficientes peripecias marinas y no necesitaba más.
Afortunadamente, el resto del juego transcurre en tierra firme, y eso sí que es una gozada. Cada Assassin's Creed se reinventa a sí mismo para no resultar cansino o repetitivo para los que hemos seguido la serie desde el principio, y este Assassin's Creed III tiene muchos elementos originales (además del tema marítimo, claro). Por un lado, gran parte del juego transcurre en el bosque, con lo que Connor va saltando de rama en rama o cazando todos los animales que le apetezca cazar, ya sea con su espada, con su pistola (que tarda una eternidad en recargar, tal y como sucedía en la época), o con una de mis dos armas favoritas: el arco y el tomahawk. Debo decir que no pasé demasiado tiempo cazando, ya que no me interesaba matar y desollar animales para venderlos en las tiendas, y los pocos animales que maté encontraron su fin porque me atacaron a mí primero (la de veces que se me merendaron osos, lobos y hasta un alce), pero tanto el bosque como sus habitantes están hechos con gran realismo y atención al detalle, y vale la pena pasar tiempo observándolos y admirándolos.
En lo que a las partes del juego que transcurren en áreas civilizadas se refiere, son dos las ciudades que Connor puede explorar en Assassin's Creed III: Boston y Nueva York. Aunque ninguno de estos emplazamientos me resultó tan hermoso o fascinante como las ciudades en juegos anteriores, ambas son extensísimas y con centenares de casas y calles que explorar y escalar. Es en estas ciudades también donde transcurre la mayor parte de los enfrentamientos entre Connor y los odiados enemigos británicos, y ésta es probablemente la parte del juego que más me sorprendió. En entregas anteriores de la serie, el combate es algo que siempre traté de evitar tanto como me fuera posible, ya que la cantidad de armas y combinaciones de botones y gatillos me abrumaba. En Assassin's Creed III el combate ha sido simplificado para ineptos como yo, y la verdad es que es una gozada. En vez de tener que apretar cuarenta botones y combinarlos con el gatillo correspondiente, ahora hay un botón para bloquear embestidas, uno para desarmar al rival, y otro para atacar: fantástico, ¿no? Además, usar el tomahawk en este tipo de encuentros es lo mejor que puedes hacer, ya que Connor se puede mover con gran rapidez de un enemigo al siguiente, y enzarzarte en combate cuerpo a cuerpo cuando estás rodeado por doce soldados británicos y cepillártelos uno tras otro a hachazo limpio es una experiencia increíblemente gratificante que me hizo buscar un grupo de enemigos tras otro para poder pintar los adoquines de las calles con el rojo de la sangre derramada por los ingleses. ¿Bárbaro, decís? Eso es porque no habéis experimentado los placeres de hallarse metido de hoz y coz en uno de estos enfrentamientos y acabar con todos tus oponentes a golpe de tomahawk. ¡Una experiencia tonificante!
Otra parte de Assassin's Creed III que también me ha sorprendido gratamente es la parte del juego que transcurre en el presente. Como bien saben los seguidores de la serie, los distintos asesinos de los períodos históricos de los juegos de la saga son todos antepasados de Desmond Miles, el personaje que, en el presente, puede acceder a sus memorias y recuerdos a través del Animus, una máquina creada para tal propósito. En juegos anteriores, las escenas con Desmond me resultaron bastante sosas y carentes de interés, pero sus misiones en Assassin's Creed III me han gustado mucho más, aunque alguna vez resultara confuso saber hacia dónde había que dirigirse o qué había que hacer exactamente. Además, toda la trama de ciencia ficción sobre el fin del mundo en el año 2012 que se había ido desvelando a lo largo de la serie llega a su interesante desenlace en este juego, pero no os cuento nada para no estropear ninguna sorpresa.
Como siempre, la música, los gráficos y la animación son soberbios, aunque debo decir que tuve que sufrir algún que otro glitch como nunca antes me había sucedido en un juego de esta serie. La historia, como ya mencioné hace varios párrafos, es interesante, aunque algunas misiones (como la cárcel) resultan aburridas y anodinas. Por el contrario, otras misiones y partes de la trama son absorbentes y cinemáticas, y las secuencias en las que el decorado se desploma a tu alrededor mientras tratas de alcanzar la siguiente repisa o el siguiente mástil para no morir sepultado por los escombros son intensísimas y visualmente estelares. Eso sí: no puedo sino señalar un par de oportunidades desperdiciadas, como cuando Connor conoce a su padre. Ese momento debería haber sido impactante y sorprendente, y sin embargo ambos actúan como si se conocieran de toda la vida. Y eso por no hablar de un error de continuidad bastante tremendo que me dejó pasmado. Como ya he señalado al principio de esta reseña, nuestro protagonista es medio indio y medio inglés, pero como se cría con su madre, su nombre real es Ratonhnhaké:ton, y el nombre "Connor" se lo da su mentor (que no es indio) años más tarde cuando ambos se conocen. Bien, pues muchos años antes de recibir el nombre de "Connor", cuando está en su poblado, su mejor amigo se dirige a él como Connor en una escena determinada, pese a que el bueno de Ratonhnhaké:ton aún no ha recibido tal nombre. Curioso, ¿no?
Finalmente, y pese a que Assassin's Creed III no es un juego muy difícil, creo que, en general, no es tan fácil como Revelations, cuya inexistente dificultad ya lamenté hace varios meses. De hecho, hubo tres o cuatro ocasiones (Broken Trust, te estoy mirando a ti) en las que la dificultad me hizo gritar, maldecir y echar espumarajos por la boca, pero persistí y acabé venciendo los obstáculos que se me presentaban. Y las misiones navales mejor las obviamos.
En conclusión, Assassin's Creed III es un juego excelente que, sin ser mi favorito de la serie, no es ni muchísimo menos el traspiés que tantas personas lo acusan de ser. Si sois seguidores de la serie y aún no habéis conocido a Connor, no escuchéis a los que dicen que este juego es una porquería, porque nada podría estar más lejos de la realidad: Assassin's Creed III no es el juego más espectacular de la saga (excepto por algunos momentos que son puro genio), pero bien se merece las treinta horas que le he echado. Si tenéis la oportunidad de jugad, aprovechadla.
Thursday, December 19, 2013
Grandes lecturas de 2013
Aunque aún nos queda medio mes para terminar el año, he aceptado el triste hecho que no voy a acabar ningún libro más antes de entonces, así que aquí tenéis la lista de los diez libros que más he disfrutado en 2013. En este año que ya se nos acaba sólo he leído la increíblemente baja cantidad de 25 libros, una cifra muy, muy por debajo de lo habitual. La "culpa" la tiene, en su mayor parte, el tiempo que le he dedicado al arte este año, mucho más de lo normal, pero que conste que no me estoy quejando. Este "sacrificio" ha sido voluntario, ya que he intentado pasar más tiempo dibujando, aunque también me han "obligado" (hoy estoy que regalo las comillas) con distintos encargos, la mayor parte del tiempo remunerados. Pero a lo que íbamos: he leído 25 libros, aunque varios de ellos han sido relecturas, y según mis extrañas y caprichosas reglas, las relecturas no se cualifican para poder entrar en el Top 10, con lo que realmente el número de novelas entre las que elegir mis favoritas se ha visto reducido a veinte.
Otra cosa que debéis tener presente es que los seis primeros títulos están, en mi opinión, empatados, y bien podrían estar en cualquier otro orden. Estas seis novelas me han parecido sublimes y no puedo ordenarlas de mejor a menos mejor porque me han encantado casi por igual, y si quisiera coger una de ellas de la estantería y leerla otra vez este fin de semana, no sabría por cuál decantarme. Dicho eso, aquí tenéis mis seis libros favoritos de 2013:
Cold Days
La nueva aventura de Harry Dresden es tan fantástica como las entregas anteriores (excepto por Ghost Story), y espero que Jim Butcher siga escribiendo libros de esta serie por muchos, muchos años. Podéis leer mis comentarios originales aquí.
El puente de los asesinos
La séptima entrega de las aventuras del Capitán Alatriste es colosal, y prueba que Arturo Pérez Reverte sigue en plena forma literaria. Podéis leer mis comentarios originales aquí.
The Girl Who Kicked the Hornet's Nest
El último libro de la trilogía Millennium de Stieg Larsson es tan bueno como los anteriores, y se lee en un suspiro. Podéis leer mis comentarios originales aquí.
The Wind Through the Keyhole
Stephen King regresa al mundo de La torre oscura y nos regala un cuento de hadas muy de Mid-World y muy suyo. Podéis leer mis comentarios originales aquí.
El prisionero del cielo
La tercera entrega de la saga del Cementerio de los libros olvidados escrita por Carlos Ruiz Zafón es tan compelling y está tan bien escrita como las anteriores. Podéis leer mis comentarios originales aquí.
Joyland
Esta novela corta de Stephen King es el único libro de mi Top 10 que no forma parte de una serie, y no puedo recomendarla suficiente. Podéis leer mis comentarios originales aquí.
En séptimo lugar, la nueva aventura de mi querida Kinsey Millhone escrita por Sue Grafton, V is for Vengeance, me tuvo entretenidísimo a lo largo de todas y cada una de sus páginas, tanto como e incluso un poco más que la novela que ocupa la octava posición: The Wise Man's Fear, de Patrick Rothfuss. Esta segunda entrega de las Kingkiller Chronicles es magnífica, y espero que el autor termine el tercer volumen de la trilogía el año que viene, que quiero leerlo pero ya.
Finalmente, los dos últimos puestos de mi lista se los reservo a Kevin Hearne y los dos primeros libros de la serie del Druida de hierro: Hounded y Hexed. Como ya comenté en su día, esta serie se me antoja Dresden Light, pero la lectura de ambos libros (uno y dos) me ha resultado de lo más grata y entretenida, y no puedo esperar a continuar con la serie.
Y vosotros, ¿qué libros habéis leído este año que todo el mundo debería leer? ¡No dudéis en dejarnos vuestras sugerencias!
Otra cosa que debéis tener presente es que los seis primeros títulos están, en mi opinión, empatados, y bien podrían estar en cualquier otro orden. Estas seis novelas me han parecido sublimes y no puedo ordenarlas de mejor a menos mejor porque me han encantado casi por igual, y si quisiera coger una de ellas de la estantería y leerla otra vez este fin de semana, no sabría por cuál decantarme. Dicho eso, aquí tenéis mis seis libros favoritos de 2013:
Cold Days
La nueva aventura de Harry Dresden es tan fantástica como las entregas anteriores (excepto por Ghost Story), y espero que Jim Butcher siga escribiendo libros de esta serie por muchos, muchos años. Podéis leer mis comentarios originales aquí.
El puente de los asesinos
La séptima entrega de las aventuras del Capitán Alatriste es colosal, y prueba que Arturo Pérez Reverte sigue en plena forma literaria. Podéis leer mis comentarios originales aquí.
The Girl Who Kicked the Hornet's Nest
El último libro de la trilogía Millennium de Stieg Larsson es tan bueno como los anteriores, y se lee en un suspiro. Podéis leer mis comentarios originales aquí.
The Wind Through the Keyhole
Stephen King regresa al mundo de La torre oscura y nos regala un cuento de hadas muy de Mid-World y muy suyo. Podéis leer mis comentarios originales aquí.
El prisionero del cielo
La tercera entrega de la saga del Cementerio de los libros olvidados escrita por Carlos Ruiz Zafón es tan compelling y está tan bien escrita como las anteriores. Podéis leer mis comentarios originales aquí.
Joyland
Esta novela corta de Stephen King es el único libro de mi Top 10 que no forma parte de una serie, y no puedo recomendarla suficiente. Podéis leer mis comentarios originales aquí.
En séptimo lugar, la nueva aventura de mi querida Kinsey Millhone escrita por Sue Grafton, V is for Vengeance, me tuvo entretenidísimo a lo largo de todas y cada una de sus páginas, tanto como e incluso un poco más que la novela que ocupa la octava posición: The Wise Man's Fear, de Patrick Rothfuss. Esta segunda entrega de las Kingkiller Chronicles es magnífica, y espero que el autor termine el tercer volumen de la trilogía el año que viene, que quiero leerlo pero ya.
Finalmente, los dos últimos puestos de mi lista se los reservo a Kevin Hearne y los dos primeros libros de la serie del Druida de hierro: Hounded y Hexed. Como ya comenté en su día, esta serie se me antoja Dresden Light, pero la lectura de ambos libros (uno y dos) me ha resultado de lo más grata y entretenida, y no puedo esperar a continuar con la serie.
Y vosotros, ¿qué libros habéis leído este año que todo el mundo debería leer? ¡No dudéis en dejarnos vuestras sugerencias!
Tuesday, December 17, 2013
Camiseta ovejera
Crystal llevaba tiempo queriendo encontrar una camiseta con un perro ovejero, y como no encontraba una por ninguna parte, decidió pedirme que dibujara uno para poder ponerlo en una camiseta ella misma. Encantado con el encargo, cogí una foto de nuestro querido Bentley, y basé el dibujo en ella. Crystal quería un dibujo simple, así que traté de limitar las líneas al máximo y jugar un poco con las masas de color. ¡Espero que os guste!
Sunday, December 15, 2013
Feast Yer Eyes
Después de ver Brave en DVD la otra noche, no pude resistirme a hacer un par de garabatos rápidos. Enjoy!
Friday, December 13, 2013
Sketch Dump #2
Aquí tenéis la, de momento, última entrega de mi colección de bocetos caprichosos que puebla la libretita que me llevo a las reuniones mensuales de profesores, y que también me acompaña mientras escucho actividades orales grabadas por mis estudiantes. En esta ocasión, el tema animal domina los garabatos, y es que, como ya le dije a Hal, es algo que no me canso de dibujar. Espero que os gusten!
Wednesday, December 11, 2013
Sketch Dump #1
Aquí tenéis una colección de varios de los bocetos y dibujillos rápidos que redescubrí en mi libreta el otro día. Hechos en distintos días con distintos métodos, todos tienen en común la esencia de ser garabatos que hice durante reuniones o mientras escuchaba presentaciones orales grabadas de mis estudiantes. Algunos están más acabados, otros son más rápidos y gestuales, y espero que al menos uno o dos os resulten medio interesantes. Enjoy!
Tuesday, December 10, 2013
Almost Human
Almost Human es una mezcla entre Blade Runner y Robocop. Una
serie ambientada en un futuro próximo donde las fuerzas del orden se ven
superadas por la gran criminalidad y sobre todo por la tecnología y armamento
que utilizan los malos, y deciden que cada policía humano sea acompañado por un
robot con apariencia humana.
Como en las típicas películas de policías, los protagonistas son unos compañeros de carácter muy diferente a los que no les queda más remedio que trabajar juntos. Lo original de esta serie es que, en el caso particular de esta pareja, resulta que uno de ellos en un robot. La gracia es que el modelo en concreto que acompaña al protagonista, Karl Urban, es más humano que el propio humano, ya que es una serie a la que se le implantó un chip para tener empatía y sentimiento, cosa de la que su compañero carece por completo debido a todas las cosas chungas que ha tenido que pasar.
Como en las típicas películas de policías, los protagonistas son unos compañeros de carácter muy diferente a los que no les queda más remedio que trabajar juntos. Lo original de esta serie es que, en el caso particular de esta pareja, resulta que uno de ellos en un robot. La gracia es que el modelo en concreto que acompaña al protagonista, Karl Urban, es más humano que el propio humano, ya que es una serie a la que se le implantó un chip para tener empatía y sentimiento, cosa de la que su compañero carece por completo debido a todas las cosas chungas que ha tenido que pasar.
La ambientación es muy buena y, como he dicho, tiene muchos guiños a Blade Runner, como la zona china o los paraguas con luz. Los efectos están
muy bien hechos, y aunque los casos no dejan de ser los típicos de cualquier
serie, los actores lo hacen muy bien. A los protagonistas los acompañan los secundarios típicos, como el poli cabrón que no para de putear a la pareja de compañeros pero que en el
fondo es buen tipo, la poli buenorra que le gusta al prota pero a la que no se atreve a
echarle los trastos, la jefa tipa dura, y el forense/científico raro de cojones que
hace artilugios.
En definitiva, una serie entretenida que os recomiendo.
Monday, December 09, 2013
Keloid
No os perdáis este corto de Big Lazy Robot. Son sólo tres minutos, pero hay que ver lo intensos que son!
Sunday, December 08, 2013
Contando ovejitas
Cuando escaneé el dibujo que os enseñé hace un par de días, me di cuenta de que tengo un montón de bocetillos y dibujos algo más acabados en la libreta que siempre me llevo a las reuniones que aún no os había enseñado, así que he decidido rescatar varios para que veáis en lo que me he entretenido durante los últimos meses mientras escuchaba a los otros profesores hablar, presentar y divagar. Este dibujo en particular fue claramente inspirado por Catherine, el extraño videojuego del que os hablé el verano pasado, y no tiene más explicación que ésa. ¡Espero que os guste!
Friday, December 06, 2013
Enter the Dragon
Una indeseable que trabaja en mi escuela hizo acto de presencia el miércoles luciendo una enorme (como ella) camisa negra con dragones dorados bordados en la parte de delante. Será por eso que se me ocurrió hacer este garabatillo en la libreta que casualmente me había llevado a la reunión mensual de profesores. Espero que os guste!
Wednesday, December 04, 2013
Encuadernado
Como dijo Nash, una imagen vale más que mil palabras, así que, aunque ya os expliqué ayer cómo quedó el libro "encuadernado", aquí tenéis la foto que pedisteis, para que os queden las cosas claras. Enjoy!
Tuesday, December 03, 2013
A la cama todo el mundo
El día del hada Avonlea termina como el de todo el mundo: yéndose a dormir. En el boceto original, nuestra hada favorita se dormía en un cuarto que bien podría pertenecer a cualquier niña normal, con lo que me puse a pensar en cómo podía hacer una habitación más de cuento de hadas. Fue entonces cuando se me ocurrió que podía ponerla dentro de una flor con sábanas y todo, y seguro que estaría de lo más cómoda. Así pues, me dispuse a cambiar la práctica totalidad del dibujo, excepto por la posición de Avonlea, que terminó siendo el único elemento del boceto original que mantuve en el dibujo terminado. Una vez lo tuve todo atado a lápiz, le enseñé el dibujo a Crystal, quien sugirió que incluyera al mejor amigo de Avonlea durmiendo con ella, cosa que me apresté a hacer sin perder ni un instante. Una vez hube añadido al gatito, lo entinté todo con rapidez, y la apacible escena nocturna quedó terminada.
Y con el fin del día del hada Avonlea termina también nuestra serie sobre cómo se hizo A Fairy Good Day. Sólo me resta decir que el libro fue todo un éxito, y que a todo el mundo pareció encantarle, así que me doy por satisfecho con los resultados. Si algún padre orgulloso me enseña alguna página pintada por su pequeñuelo, ya procuraré ponerla aquí para que la veáis. ¡Buenas noches a todos!
Y con el fin del día del hada Avonlea termina también nuestra serie sobre cómo se hizo A Fairy Good Day. Sólo me resta decir que el libro fue todo un éxito, y que a todo el mundo pareció encantarle, así que me doy por satisfecho con los resultados. Si algún padre orgulloso me enseña alguna página pintada por su pequeñuelo, ya procuraré ponerla aquí para que la veáis. ¡Buenas noches a todos!
Sunday, December 01, 2013
La hora del baño
Bañarse es otra de las actividades favoritas de nuestra sobrina, así que no es de extrañar que Crystal quisiera que uno de los dibujos retratara al hada Avonlea pasándoselo en grande en la bañera. Se me ocurrió darle forma de tetera a la bañera no porque rimara sino porque, por alguna razón, me suelen gustar las cosas con forma de otras cosas (como una papelera con forma de rana, un teléfono con forma de hamburguesa, o una regadera con forma de elefante, por ejemplo). Otro detalle curioso es que, en el boceto original (que tristemente no conservo), una rana que hacía el papel de mayordomo sujetaba una bandeja con distintas botellas de champú y geles varios a la derecha de la bañera, pero cuando me puse a hacer la versión final decidí poner una de esas estanterías colgantes al lado de la bañera, y poner ahí todos los productos necesarios. Esta decisión dejaba un espacio vacío donde la rana se había hallado, y fue entonces cuando se me ocurrió poner ahí un espejo. Pero, me dije, tendría gracia si el espejo estuviera siendo instalado por un par de insectos que claramente carecen de la fuerza y las herramientas necesarias para tal empresa. Y la verdad es que esos dos bichos acabaron siendo mi parte favorita del dibujo, así que no veáis lo que me alegro de haber despedido a la rana y haber contratado en su lugar a este par de saltamontes enclenques. ¡En cuanto se descuiden, seguro que un topo conduciendo un coche aparece de imprevisto y les rompe el espejo en mil pedazos!
Subscribe to:
Posts (Atom)