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Tuesday, September 19, 2006

Reflexiones De Un Amante Sarnoso

Tanto dolor hay en el mundo, guerra, muerte, destrucción.... ¡Sha-la-lalá! Y tú no quieres hablar, ¡sha-la-lalá! conmigo...

Sí, hay mucho sufrimiento en el mundo, la mayor parte de él causado por el propio ser humano. Hay gente que muere porque otra gente lo decide, o porque simplemente pasa del tema, hay gente que es apaleada porque a otra gente le apetece; hay gente que es violada porque a otra gente no ve la diferencia entre un cuerpo humano y una muñeca hinchable. Guerras, hambrunas, atentados, asesinatos, violaciones, ejecuciones, abuso infantil... ¿Cómo fue capaz la humanidad de embarcarse en dos cruentas Guerras Mundiales? Conociendo la Historia, es fácil de comprender, desde la intrincada política europea de alianzas y contraalianzas que llevó a la Primera, como la Alemania Nazi, que forzó la Segunda. Pero, en un nivel más profundo, uno piensa: ¿Por qué? ¿Realmente valió la pena? Todas las vidas perdidas, todo el sufrimiento, todas las lágrimas derramadas, ¿han sido compensadas?
Mi opinión sincera, y obvia, es que no. Pero tampoco hace falta irse a las Guerras Mundiales para ver hasta donde llega la miseria humana. Racismo, xenofobia, homofobia, machismo, feminismo, integrismo... los -ismos son muchos, y están presentes en el día a día. Siempre se ha dicho que el principal causante de ellos es el miedo. El miedo a lo que no nos es familiar. Y no les falta razón a los que afirman esto. El miedo a una cara o un comportamiento extraños nos hace escondernos, refugiarnos en lo conocido, y hasta llegar a despreciar eso que nos ha causado tan desagradable sensación. El miedo a lo que no comprendemos, a lo que se escapa a nuestro poder de control, nos hace venerarlo, dedicarle ofrendas, y refugiarnos en la creencia de que no estamos solos a la hora de afrontarlo, como ocurrió hace milenios con las tormentas y otros fenómenos naturales igual de corrientes, y como ocurre (y seguirá ocurriendo) aún hoy con la muerte.
Pero hay otra causa.

Hace muchos años leí un artículo de Fernando Savater (desafío a todo el mundo a que me diga el nombre de otro filósofo español contemporáneo) en el suplemento dominical de un periódico. Captó mi atención inmediatamente porque hablaba de Groucho Marx, por cuya manera de ver el mundo siempre he sentido una especial admiración. Aparte de por su habilidad casi yóguica para andar encorvado y vivir para contarlo.
El caso es que en ese artículo Savater hablaba de cómo Groucho había vaticinado cuál sería uno de los grandes problemas de la humanidad en el siglo XX y venideros: tomarse las cosas demasiado en serio. La verdad, nunca he leído u oído a Groucho decir tal cosa, pero es igual: viniendo de un hombre con fráses tan célebres a sus espaldas como "El matrimonio es una gran institución. Por supuesto, si te gusta vivir en una institución", o "¿No es usted la señorita Smith, hija del banquero multimillonario Smith? ¿No? Perdone, por un momento pensé que me había enamorado de usted", pues me creo que lo dijera.

Y que gran verdad es esa: el tomarse las cosas, la vida, y sobre todo, a uno mismo, demasiado en serio, nos desvía, nos agría y nos insertarraizverbal-ía. Como dice Savater en el citado artículo:

"El arrogante que sólo se reafirma humillando al vecino, el vanidoso que quiere que todo el universo esté pendiente de su capricho o de su look, el violento que está dispuesto a matar por su manía favorita (lo que él llama su derecho, identidad, patria, proyecto de futuro, etcétera), el rapaz convencido de que la menor de sus comodidades merece pagarse con una montaña de privaciones ajenas, el que se considera sabio porque tiene cien títulos y una oratoria pomposa o sublime...; todos ellos son casos terminales de seriedad letal, una seriedad centrada en la idolatría del propio ego. Y lo malo del que se toma en serio a sí mismo es que ya no tiene ganas ni tiempo para tomar un poquito en serio a nadie más. Porque lo único verdaderamente serio es que nada puede ser absolutamente serio, que todo monopolio de la seriedad es perverso, que la seriedad bien entendida empieza por cualquiera menos por uno mismo."

Mucha gente le da demasiada importancia al dinero. Y, como decían en Charlie & The Chocolate Factory, de Burton, el dinero es solo dinero, imprimen más cada día. No es para tanto. Mucha gente le da demasiada importancia a su ego. Mucha gente se la da a su trabajo. Igual que hay mucha gente que le da demasiada importancia a la opinión de los demás, o incluso a su futuro. No estoy diciendo que haya que tomárselo todo a guasa, ni mucho menos. La carencia es casi tan peligrosa como el exceso.

El gran problema de tomarse las cosas demasiado en serio es que se pierde la perspectiva. A medida que el objeto de devoción crece en importancia ante nuestros ojos, todo lo demás disminuye, y pierde su auténtico valor. Tomándonos ciertas cosas demasiado en serio, perdemos de vista aquello en la vida que realmente sí es más importante que ninguna otra cosa: ser felices.

4 comments:

Anonymous said...

Muy profundo y muy cierto,pero como todo en esta vida es depende desde donde se mire, el dinero no es importante para los que lo tienen, para los que no llegamos a fin de mes es importante y no por que seamos derrochadores y queramos mas, es por queremos llegar porder comprar un libro de vez en cuando que ya no me acuerdo del ultimo que me compre o poder ir de viaje sin estar acojonado al mes siguiente por si te pasaste. El trabajo no es importante hasta que tu jefe te dice q te tienes que sacrificar por la empresa o la empresa te sacrificara a ti y como no te queda mas cojones que quedarte al final lo que sacrificas es tu vida, el estar con los que realmente quieres y hacer lo q realmente te gusta. Y estos son males menores solo hay que ver al mundo y ver lo mal que estamos.
Pero creo q en este foro ninguno de los asiduos somos conocidos por tomarnos las cosas en serio.
Nacho

Mario Alba said...

Muy cierto. Mi querido ex-compañero de piso Alberto solía decir que yo pasaba de todo, y que no me importaba nada. Y no es que pase de todo, es que hay pocas cosas que considero importantes; ya no digamos que deban tomarse en serio.
Como bien dice Nacho, ninguno aquí es conocido precisamente por ser serio. Y si no, a los posts previos me remito.

Anonymous said...

Es cierto eso que dices, Nacho Nash, acerca del punto de vista del observador. Pero...
En ningún momento he dicho que el dinero o el trabajo no sean importantes. Lo que he dicho es que son cosas que no hay que tomarse DEMASIADO en serio (¿cómo se pone la condenada cursiva?).
Espero que no pienses que a mí se me va cayendo el dinero de los bolsillos, porque te aseguro que no es así. Es más, he tenido mis malas épocas (bastante malas, algunas de ellas). A no ser que no tengamos dinero para comprar comida (que, aunque nos pese, sigue siendo más importante para vivir que los libros o los DVDs), yo no me quejaría mucho. ;)
Y sobre el trabajo, si tu jefe te dice que te sacrifiques por la empresa, probablemente sea mejor que encuentres otro trabajo en el que vayas a estar mejor. Yo he estado años vagando por trabajos de mierda que paso de enumerar aquí mismo, y he tenido mis muy profundas depresiones algunas veces. Y, en cuanto lo intenté por otros derroteros, me salió el trabajo donde estoy ahora. Tuve mi suerte, claro que sí, pero al menos ahora vuelvo a creer en la Navidad. Aquí en España hay una cultura estúpida de fidelidad al trabajo, en mi opinión. Lo más importante, ir creciendo como presona.
Si trabajaras en una fábrica, y tuvieras cincuenta años, entonces entendería lo que dices. Y, aún así, el psicólogo con el que está ahora mi novia, trabajaba en una fábrica y se sacó el título en su tiempo libre cuando había pasado los cuarenta. Y ahora es feliz y gana más dinero que todos nosotros juntos (bueno, exceptuando a Mario ;P ).

Desde luego, como bien decís, ninguno de nosotros se toma las cosas demasiado en serio. Es lo bueno que tiene Sunny Jhanna, que nos echamos unas risas :)

PD.- No te me tomes a mal, Nacho. A veces polemizar es bueno para el alma. ;)

Mario Alba said...

Hahahaha. Dudo que esté ganando más dinero que el psicólogo, y mira que lido tanto o más que él con mentes peligrosas todos los días :)