Fool me Twice...

Después de ver Terminator 3: Rise of the Machines hace varios años, me dije a mí mismo que ésa iba a ser la última película de la serie en la que iba a gastarme el dinero. Algún tiempo después, Christian Bale anunció que iba a hacer de John Connor en Terminator Salvation, película que se decía sería la primera de una nueva trilogía terminadora. Y claro, Christian Bale es mucho Christian Bale, así que me replanteé mi decisión original y decidí darle una oportunidad a la nueva entrega de la serie. Sin ningún tipo de expectativa, tal y como hice con Wolverine y Star Trek, me personé en The Rave a ver qué pasaba. Lo que pasó, obviamente, no debería sorprender a nadie: Terminator Salvation es una porquería.

¿Por dónde empezar? Las actuaciones son probablemente lo único del conjunto que se salva, y tanto Christian Bale como -y especialmente- Sam Worthington hacen un buen trabajo interpretando a John Connor y Marcus Wright respectivamente. De hecho, el personaje de Sam Worthington es mucho más interesante que John Connor, y tal vez sea por eso que se lo ofrecieron a Christian Bale. Bale, sin embargo, le mandó el guión a su gente para que lo retocaran y decidió interpretar a Connor en vez de a Marcus Wright. ¿Por qué? ¿Porque es el héroe? No lo sé. De todas formas, mi favorita, a nadie debería sorprender, fue Bryce Dallas Howard, quien, incluso embarazada, sigue siendo increíblemente hermosa. Por desgracia, la buena de Bryce no aparece más de cinco minutos en pantalla: lo bueno dura poco, que se dice por ahí.

El guión es mediocre como mucho, y el diálogo (el poco que hay) está lleno de frases manidas ("Come with me if you want to live") y poco inspiradas con las que resulta difícil establecer una historia que no resulte risible o unos personajes por los que el espectador se preocupe lo más mínimo. Y hablando de historia y personajes, a Nash le gustará saber que Kyle Reese (Anton Yelchin) aparece en la historia, y es a él a quien se refiere el Salvation del título, en mi humilde opinión. (Tal vez me equivoque.) De hecho, si no hubiera sido por las veces que Nash ha mencionado al personaje y ha destrozado su nombre al teclearlo, no hubiese sabido quién era el chaval. Gracias, Nash.

A una historia mediocre con un guión menos que decente y unos personajes que me importaban más bien poco hay que añadir los poco creativos efectos especiales y decorados. Los colores, como en toda película postapocalíptica que se precie, son pálidos y poco saturados: todo es viejo, todo está sucio y derrumbándose. Y lo de derrumbándose lo digo literalmente, aunque tal vez debería decir "explotando", pues si hay algo que abunda en Terminator Salvation (junto a la mediocridad) son las explosiones. De hecho, TS es hora y tres cuartos de explosiones encadenadas con alguna que otra frase intercalada aquí y allá para conseguir una semblanza de argumento de algún modo. Y las explosiones son molestas y estruendosas, como estruendosos son los efectos de sonido que jamás ofrecen tregua a tus maltratados tímpanos.

Como guinda del pastel, las máquinas que persiguen a nuestros sufridos héroes lucen algunos de los diseños menos atractivos que he visto en mucho tiempo: los robots son feos, molestos, y ruidosos, y parecen sacados de una película de los años ochenta. Ahora que lo pienso, todo el film parece una producción barata de los ochenta, y aunque comprendo que tal vez ése fuera en parte el objetivo de los creadores de este engendro (por aquello de encajar con las entregas anteriores), lo único que esto consigue es que la producción parezca pobre, como si no hubieran tenido casi doscientos millones de dólares de presupuesto. ¿Adónde fue este dinero?

Por desgracia, y por ridículo que pueda parecer, la remezcla tecno de la diatriba del amigo Christian Bale es muchísimo más entretenida que la película, y encima podéis escucharla gratis en Youtube, así que, si yo estuviera en vuestro lugar, me compraría un libro en vez de ir a ver Terminator Salvation. Aunque, quién sabe, tal vez ahora que he dicho que este film es lo peor de lo peor, a lo mejor hasta os resulta medio digno. Expectativas, y todo eso.