En la última (de momento) entrada sobre Perdiendo los papeles, la aventura gráfica de OveR Software que presentamos a una game jam que buscaba rendir homenaje a Miguel de Cervantes en el 400 aniversario de su muerte, voy a hablaros un poco sobre los dibujos que hice para la pantalla de inicio, la introducción, y las secuencias entre niveles.
La pantalla de inicio presenta un estilo idéntico al del resto del juego. Miguel sugirió que le gustaría tener un dibujo de Cervantes escribiendo en su escritorio, y decidí que podía usar la idea para el menú de inicio.
El resto de dibujos los hice todos a mano en dos frenéticas sesiones de dibujo en las que me forcé a dibujar tan rápido como pude dado que se nos acababa el tiempo para terminar el juego y presentarlo al concurso. Esta falta de tiempo fue lo que me llevó a usar un estilo más gestual y menos controlado del que suelo usar. Esto me permitió dibujar más rápido sin tener que preocuparme demasiado por detalles, líneas rectas, o acabados perfectos. Al mismo tiempo, pensé que este estilo remitía un poco al tipo de ilustraciones de la época, con lo que no quedaba demasiado fuera de lugar. Así pues, una vez decidido esto, cogí un montón de hojas de papel, y me puse a dibujar.
Los encajes a lápiz fueron tremendamente básicos, y en cuestión de una hora hice los dibujos de la introducción con Cervantes quedándose dormido en su escritorio y el viento llevándose los papeles, y los dibujos de la Galatea (presentación y resolución). O sea, siete dibujos ultra rápidos que pasé a entintar con un bolígrafo negro, lo que me llevó una hora u hora y media, aproximadamente. Vamos: que en menos de tres horas tenía los siete dibujos terminados, algo inaudito en lo que a mi ritmo de dibujo se refiere. Y con el resto de dibujos pasó lo mismo: una segunda sesión frenética en la que aboceté los dibujos de los niveles del licenciado Vidriera y Don Quijote, más el último dibujo del juego, en cuestión de una hora, y luego los entinté todos durante dos horas más. O sea, otros ocho dibujos en cosa de tres horas, que se dice pronto.
Para embellecer los dibujos un poco, abrí Photoshop en mi Cintiq, y pinté un fondo que pareciese papel antiguo usando degradados en color ocre, y le añadí imperfecciones e irregularidades con pinceles de distintas formas y tamaños para transformar la superficie lisa y pulida en algo más arrugado, viejo, y desgastado. Una vez tuve este fondo listo, superpuse las ilustraciones una a una, añadí los textos, y se lo mandé todo a Molo y Miguel para que lo integraran en el juego.
Y eso es todo por el momento. Pese a que tenemos intención de seguir expandiendo y mejorando el juego, todavía no hemos empezado a hacerlo, así que tendréis que esperar algunos meses antes de poder ver más niveles y leer más sobre el proceso creativo. Hasta entonces, seguid visitándonos y, si todavía no habéis probado el juego, ¡no dudéis en hacerlo!
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