El tercer y, hasta el momento, último nivel de Perdiendo los papeles, la aventura gráfica de OveR Software que presentamos a una game jam que buscaba rendir homenaje a Miguel de Cervantes en el 400 aniversario de su muerte, está inspirado en la obra maestra del literato: Don Quijote de la Mancha. Y es que, obviamente, no puede haber un juego sobre Cervantes que no incluya al famoso hidalgo.
Este nivel fue probablemente el que más me costó diseñar, pero al final terminó siendo mi favorito. Cuando lo empecé, usé los colores típicos que os podéis imaginar: el cielo azul, la tierra marrón, etcétera. Sin embargo, quería que los tres niveles del juego fueran claramente diferentes, y si usaba esos colores, este nivel iba a ser igual al primero pero con un molino en vez de un árbol. Fue entonces cuando empecé a probar distintas combinaciones de colores, especialmente rojos y naranjas. Estos colores me dieron la idea de intentar transmitir un calor intenso, por lo que cambié el tamaño del sol y lo hice enorme. Los colores, sin embargo, no terminaban de funcionar, especialmente el morado que estaba usando para el cielo, y que quedaba demasiado opresivo. Mi esposa sugirió que lo hiciera más rosado y menos azulado, y en cuanto empecé a moverme en esa dirección, supe que era la respuesta a mis problemas.
Para aumentar la sensación de aridez y sequedad, dibujé grietas en el suelo, y rompí la línea recta del suelo en primer plano añadiendo rocas variadas. Siguiendo con la idea de falta de agua y calor extremo, dibujé un arbusto seco que copié múltiples veces y cuyo tamaño y posición alteré con cada copia. Estos arbustos, además de contribuir a la sensación de aridez, me sirvieron también para cerrar la composición en la parte izquierda, ya que había un espacio vació entre el molino y el borde de la ilustración que hacía que la vista se escapara por allí. Por otro lado, al reducirlos en tamaño y opacidad, los arbustos ayudaron a crear la sensación de profundidad que se puede apreciar en segundo plano. Para reforzar este efecto usé los tres molinos del fondo de igual manera: reduciendo su tamaño y su opacidad, para crear la sensación de atmósfera y de distancia.
Dado que el cielo ocupa más de la mitad de la pantalla y el dibujo quedaba un poco vacío, decidí añadir unas nubes al conjunto, y debo decir que me lo pasé en grande dibujándolas. Como ya he dicho antes, no quería hacer las nubes iguales que las del primer nivel, así que me puse a jugar con las formas y los colores, y acabé haciendo lo que veis en el dibujo.
Con respecto a la ubicación del resto de elementos, puse a Don Quijote sentado junto al molino porque acababa de "luchar" con él, y estaba tan cansado que no podía ni tenerse en pie (normal, con la armadura, el calor, y la edad), y dado que su problema es que quiere destruir la segunda y apócrifa parte de sus aventuras escrita por Avellaneda, puse dicho libro junto a él, y junto al manuscrito, que el Caballero de la triste figura arrebató al gigante Caraculiambro (o sea, el molino) tras feroz batalla.
Al lado opuesto de la pantalla, el hacha y el tronco cierran la composición, con el mango del hacha apuntando hacia la izquierda para remitir a Don Quijote y atar todos los objetos en el primer plano del dibujo.
Finalmente, para las aspas del molino, decidí seguir con las líneas curvas de las nubes en vez de las predecibles (aunque más funcionales) líneas rectas, y me lo pasé en grande diseñándolas y dándoles ese aspecto caprichoso y juguetón.
Y eso es todo por hoy. Si volvéis dentro de un par de días, os hablaré de las ilustraciones que hice para presentar y resolver los niveles. Hasta entonces, ¡espero que disfrutéis del sol de Castilla!
2 comments:
Como siempre muy chulo el dibujo y muy interesante la explicación de la realización. Aunque la clonacion de arbusto queda muy bien y no se nota la de molinos no termina de convencerme aunque entiendo q la falta de tiempo es un motivo más que valido
Me alegro de que te guste casi todo, jaja :)
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