Me ha costado cinco años, pero por fin he visto Ghost Protocol, la cuarta película de la serie Mission: Impossible protagonizada por Tom Cruise, de la que Nash nos habló hace ya tiempo. Dada la altísima nota que tiene en Rotten Tomatoes (94%), y que la dirige Brad Bird (The Incredibles), la verdad es que llevaba años queriendo verla, y al final, por unas cosas o por otras, aún no lo había hecho. Y menos mal que ya lo he hecho, porque la película es estupenda.
En Ghost Protocol, Ethan Hunt (Cruise) y su equipo (interpretado por Paula Patton, Simon Pegg, y Jeremy Renner) tienen que pararle los pies a un malvado en posesión de los códigos de lanzamiento necesarios para empezar una guerra nuclear, pero el IMF (la organización para la que Hunt y su equipo trabajan) ha puesto en marcha el "protocolo fantasma" debido a la explosión de una bomba en el Kremlin, lo que significa que Hunt y cía están solos y no cuentan con ningún tipo de apoyo para llevar a cabo su misión. Si es que deciden aceptarla, claro.
Lo mejor de Ghost Protocol, aparte de su ritmo endiablado y el siempre brillante Simon Pegg, es la originalidad y audacia de las escenas de acción. De hecho, y salvando las diferencias, en más de una ocasión me sorprendí pensando en lo mucho que el guión me recordaba a una de las novelas de las Dresden Files de Jim Butcher, en las que, cuando lo que puede ir mal va mal, comienza una cadena desastrosa en la que todo va cada vez peor hasta que Harry Dresden logra solucionarlo todo. Pero hasta que ese momento llega, los batacazos, reveses y coscorrones que sufre son tan terribles para él como entretenidos para el lector. O el público, en este caso. Así, Hunt y su equipo se enfrentan no sólo a una sino a una docena de situaciones imposibles que resultan originales, entretenidas, y tremendamente dinámicas.
En lo que a Cruise y sus compañeros de reparto se refiere, todo el mundo hace un papel más que digno, aunque, como ya dijo Nash en su día, tampoco es que ningún personaje sea terriblemente complejo, pero bueno. Todos ellos me gustaron, especialmente Benji (Pegg), que me hizo reír a mandíbula batiente. Y es que Simon Pegg es como Jude Law: nunca decepciona.
Lo dicho: Ghost Protocol es una película de acción magistralmente orquestada, que mantiene en vilo al espectador de principio a fin, y que sorprende con su audacia, su energía, y su brío. ¡Cinco estrellas imposibles!
2 comments:
Me alegra q te gustase es un gran peli tengo ganas de ver la nueva entrega
Yo también, pues la nota que tiene en Rotten Tomatoes es casi tan alta como la de ésta. Tendremos que verla los dos, y comparar opiniones.
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