Me gusta leer y ver la tele

Wednesday, June 21, 2017

El niño desaparecido

The Vanishing of Ethan Carter es una aventura gráfica en primera persona en la que el jugador controla a Paul Prospero, un investigador privado que llega a un hermoso pueblecito llamado Red Creek Valley tras recibir una carta de un niño llamado Ethan Carter en la que le cuenta los extraños sucesos que allí están teniendo lugar. Cuando Prospero llega a Red Creek Valley descubre que Ethan ha desaparecido, y a partir de ahí el jugador tiene que resolver una serie de puzzles esparcidos por el pueblo para desentrañar la verdad. Dichos puzzles están ubicados en lugares tan agradables como un cementerio, unas minas encantadas, una casa calcinada, una mansión en ruinas, y un bosque misterioso. Para resolverlos, el jugador tiene que encontrar algunos objetos, ordenar sucesos cronológicamente, seguir pistas, y memorizar ciertos lugares. Nada demasiado complicado, aunque confieso que más de una vez tuve que valerme de Internet y las respuestas que la red provee.

Según se van resolviendo los puzzles, el jugador va descubriendo parte del misterio de la desaparición de Ethan Carter, que parece estar relacionado con ciertos sucesos sobrenaturales que recuerdan a la obra de H.P. Lovecraft. Miedo no da, pero sí que juega con el descenso a la locura, dioses de otras dimensiones, y ese tipo de entrañables criaturas que a más de uno pueden poner algo nervioso.

The Vanishing of Ethan Carter no es un juego demasiado largo, y se puede terminar en unas tres o cuatro horas, aunque es posible que las partidas se alarguen más de lo normal simplemente por estar disfrutando de los bosques, ríos y montañas por los que camina el jugador, y que parecen tan reales como la vida misma. Y es que, gráficamente, el juego es una maravilla. Aparte del aspecto gráfico, nada destaca en un juego que entretiene, cuenta una historia interesante, y termina antes de cansar. Le doy tres estrellas, y un "no está mal".

4 comments:

Nash said...

Últimamente veo que muchos juegos tienen una estética espectacular en los que más que disfrutar del juego disfrutas del viaje.

Mario Alba said...

Exacto. Es lo que en inglés llaman "walking simulators."

J. Felipe MoloSolo said...

Creo que el término "walking simulator" lo emplean en ocasiones de forma despectiva pero a mí es un género que me llama mucho la atención. A veces, como dice Nacho, lo importante no es el destino sino el viaje.
El único que he jugado de este estilo y que sí que me habría gustado que tuviera alguna mecánica jugable más profunda para que fuera redondo fue Firewatch. Si no lo has jugado, te lo recomiendo ;-)

Sobre el juego del artículo tengo que decir que el puñetero puzzle de la puñetera casa me desesperó... tuve que buscar la solución... jajaja

J. Felipe MoloSolo said...

Por cierto, "Dear Esther" fue el precursor del género y no está mal aunque creo que ha sido ampliamente superado y otro del que he oído maravillas y es del año pasado es "What remains of Edith Finch".