
Diecinueve años han pasado desde la que todos pensábamos sería sin duda
la última aventura cinematográfica de Indiana Jones. Ayer, con el estreno de
Indiana Jones and the Kingdom of the Crystall Skull, las cosas cambiaron. Ya no son tres, son cuatro. Otra trilogía clásica que deja de serlo. (Trilogía, no clásica.)
Durante meses traté de no emocionarme demasiado, de no esperarme nada del otro mundo, de no, en definitiva, crearme demasiadas expectativas que la película no pudiera cumplir. En primer lugar, la participación de
George Lucas amenazaba con destruir otra trilogía clásica. Sin embargo, y en segundo lugar,
Steven Spielberg suele saber lo que se hace y aporta un mínimo más que decente de calidad y credibilidad a cualquier proyecto en el que se ve envuelto. En tercer lugar,
Davip Koepp me parece un guionista más que competente (su fantástica adaptación de
Secret Window, Secret Garden a la pantalla grande me hizo ver
la película con el comentario del director -el mismo Koepp- por primera vez en mi vida). Y, en cuarto lugar, Indiana Jones es Indiana Jones, con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva. Difícil no emocionarse, difícil no quedar decepcionado.
En general,
KOTCS me pareció una película estupenda. La historia -que no desvelo- es entretenida, y aunque hay algún que otro aspecto que no acabó de convencerme, la trama resulta sólida y tiene ese regusto a "aventura de Indy" que a todos tanto nos gusta. Las interpretaciones son excelentes:
Harrison Ford está estupendo, y tanto
Shia LaBeouf como
Cate Blanchett y
Karen Allen nos regalan actuaciones brillantes y creíbles. La acción no para, y me recordó bastante a
Temple of Doom en lo que a buenas ideas, audacia, y derroche visual se refiere (y dejo aquí bien claro que
Temple of Doom me parece una película excelente e injustamente infravalorada). Y los guiños y referencias a aventuras y personajes del pasado abundan y no resultan gratuitas, sino que, por el contrario, le dan cohesión al "universo Indiana Jones".
Una de la preguntas que me asediaban era si Harrison Ford era demasiado viejo como para interpretar a nuestro arqueólogo favorito. Al principio de la película (especialmente en estos primeros minutos), y durante la primera media hora o así, Ford parece viejísimo, y no se sabe muy bien por dónde va a ir la cosa. Por un lado, sabía que estaba viendo a Indiana Jones, pero, por otro, una extraña sensación me decía que no era Indy. Y me parecía, además, que Indy no terminaba de encajar en el mundo que se nos presenta en la película. Han pasado veinte años, tanto en tiempo real como para el personaje, y ver a Indy en plena década de los cincuenta me supuso un extraño choque. Por otro lado, el hecho de haber crecido con las películas anteriores y saber ésta un producto nuevo no hacía sino añadir a la sensación de "éste no es mi Indy, que me lo han cambiado".
Sin embargo, según avanza la película, según se va profundizando en la trama e Indy va entrando en materia, las cosas empiezan a cambiar sutilmente. De pronto, y casi sin darme cuenta, ahí estaba Indiana Jones en la gran pantalla una vez más, descubriendo misterios, explorando tumbas perdidas, y repartiendo tortas cuando era menester. Es como si Indy estuviera oxidado primero, y poco a poco fuera entrando en calor y recobrando la juventud y la gloria pasadas. Si esto es intencional o no, no lo sé, pero es la impresión que me dio.
Los diálogos son divertidos, y la acción es tanta, tan continua, y tan arriesgadamente audaz, que en verdad hay que relajarse y recordar que estamos viendo una película y no ponerse a discutir sobre la imposibilidad de ciertas tomas. Mi amigo Glen dijo que las escenas de acción le recordaban a la segunda
Pirates of the Caribbean (lo que, a mis ojos, no es malo) por lo desmedidas e imposibles que resultan. Personalmente, dichas escenas me parecieron estupendas, excepto por la de las lianas. No revelo nada aquí, pero ésa fue la única escena en que en verdad me dije:
anda ya!Para resumir, y como ya he dicho antes, me lo pasé en grande viendo
Crystal Skull, y se la recomiendo a todo el mundo. Y con respecto a la duda existencial de qué lugar ocupa
KOTCS en el ranking jonesiano, bueno… Creo que necesito pensar al respecto. Como ya he mencionado varias líneas más arriba, ver una aventura de Indy ahora no es lo mismo que haberla visto cuando no había empezado siquiera el instituto, y pese a que reconozco personajes, música y sabor aventurero, se me hace difícil incluirla en el canon jonésico tras haberla visto sólo una vez. Además, si hiciera ahora el
Indiana Jones Top 4, no tendría tema para mañana, ¿no?